Capítulo 21: Mirada de muerte.
- Es inútil. Tardaríamos mucho. - Se repetía Esiar, hacer el recorrido varias veces y con peso sería extenuante, un combate le resultaba menos agotador.
- Tal vez, necesitamos ayuda.
- ¿Tú crees?... Por supuesto pero... ¿Quién?
- Pues... considerando lo poco que bajamos de la superficie, creo que si enviaramos una señal al exterior alguien podría venir a sacarnos.
- Es un buen plan, solo falta saber que usar.
- Tú tienes la solución, si lanzas un rayo al techo y sale, se notaría a leguas y más, siendo de noche.
- Creo que el golpe contra la pared te hizo bien. Ahora ¿Cómo hago un rayo?
- Eso es cosa tuya.
- Ufff... Estoy cansado, si lo logro solo tendremos una oportunidad. Enviaré la descarga con todas mis fuerzas.
Esiar cerró los ojos,aún sin dominar sus poderes sabía de donde provino la última vez, todo estaba en sus emociones, debía concentrarse y empezó a imaginar, a suponer. Los eventos más trágicos de su existencia aparecían súbitamente, sin saberlo, lágrimas empezaron a emerger de sus ojos ante un espantado Alantor, quien solo se limitaba a ver. El recuerdo de la muerte de sus padres y el pensar en el destino incierto que le depara a su maestro serían el combustible para la llama que en el interior se encendía. En su máxima tristeza: Un grito, un estruendo, un derrumbe y el cuerpo del muchacho desplomándose, todo eso en un aplauso, que gustosos se lo dedicarían aquellas personas, que creyeron en él.
- Ya casi llegamos.
- ¿Escuchaste eso? - Preguntó Shinato, segundos después un intenso as de luz invadió el crepúsculo.
- Tengo un mal presentimiento. Shinato, tu ve con Hinova; yo iré a inspeccionar.
- Ve con cuidado.
- Teleport. - El High Priest se trasladó a unos cuantos metros de donde venía el rayo. Subió una loma y cuando apoyo sus brazos para subirse puedo distinguir un agujero en la tierra, se acercó arrastrando a él, a pesar de su posición como Obispo no parecía preocuparle el ensuciarse, asomó la cabeza. - ¡¿Hay alguien allí!?
- ¡Ayúdenos por favor! - Recibió por respuesta, se escuchaba la voz de un niño.
- ¡Descuiden, resistan! - Sin pensarlo dos veces, saltó, la altura no era tan despreciable, por lo que casi se rompe las piernas al aterrizar. - Esto no va conmigo. - Dijo un poco decepcionado, mientras atenuaba el dolor. Paró cuando recordó que no estaba solo. Giró y el siguiente cuadro era casi espectral: Seis jóvenes tirados en el piso cubiertos con batas, un Knight arrodillado, sosteniendo a un Crusader.
- Vaya, estos son los niños perdidos, ¿Ustedes los encontraron? - Un casi tartamudo Alantor profirió las palabras.
- Sí, nenecesitatabamos ayuyuda papapara sacacar de aaquí.
- Tranquilos, lo hicieron bien, son unos niños muy valientes. Ya no tienen porque estar en este infierno.
- Warp Portal. - Una vez más, su utilidad en el transporte era requerida, abriéndose el camino dimensional. - Rápido, ayuda a cruzar a todos antes de que cierre.
- ¿A dónde va esto?
- ¡Al castillo de Prontera, apresúrate! - Él también ayudó a mover los cuerpos, finalmente, Alantor pasó con Esiar en sus hombros. - Los entrenaron bien.
En las puertas del castillo, la tranquilidad de dos guardias se ve interrumpida, por la repentina aparición de unos niños. Sorprendidos, se acercaron cautelosamente, uno de ellos los identifica.
- ¡Llama a los médicos, ya! - Vocifera, aún estupefacto. - Lo consiguieron.
En este laberinto con ojos, solo dos podían evitar ser observados, aunque uno de ellos esté inconsciente, corriendo grácilmente permaneciendo oculto, sigiloso, había notado unos dispositivos extraños que lo seguían como ojos de un lado a otro, erán las cámaras, y él, sin más, fue destruyéndolas una por una, cosa que para Kiel no era novedad, estaba perdiendo imágenes en sus monitores, llegando a una conclusión: Enviar a Eremes.
El recorrido de Jackal terminó cuando una figura conocida, de un fantasma, tal fue la sorpresa que salió de su estado de clandestinidad.
Su mejor amigo frente a él, viendo un espejismo de carne, igual que al resto. Olvidando lo que alguna vez le enseñó... "Aleja los sentimientos en el campo de batalla"... Palabras que iban de él a toda persona significativa en su vida. CL005 le miró un momento, rápido de brazos, empuñó sus katares, alertando a jackal, quien se colocó los suyos. Apenas lo hizo tuvo milésimas de segundo para reaccionar, una cometida feroz, que lo arrastró hacia atrás. Rechazándole con una patada, dos equis se cruzaron.
En pleno forcejeo, Jackal empieza a respirar lentamente, como esperando algo, finalmente, sopla delicadamente en la cara de su enemigo.
- Venom Dust. - El gas es respirado, no obstante, Eremes no presenta ninguna señal de debilidad. Peor aun, este puso más energía, obligando al otro a dar un saltó hacia atrás. El clon había desaparecido. Un ruido reconocible hizo que se hiciera a un lado, evitando la columna de tierra que se eregía en ese sitio. Las estocadas seguían saliendo. Después de varios intentos fallidos, el ataque cesó, Jackal estaba parado esperando a su camarada. Un par de manos surgían de la tierra, atrapando sus piernas. Nuevamente el sonido indicaba una amenaza. Sin mucho tiempo, contraatacó.
- ¡Sonic Blow! - Apuntando a sus pies. Ejecutó los ocho golpes sin tocar sus extremidades Eremes se vio obligado a soltarlo. Impactando el ataque en el suelo.
Jackal dio un salto enorme y empezó a girar con los brazos abiertos, como las hélices de un helicóptero, para mantenerse suspendido. Eremes salió a su encuento. Una neblina púrpura lo aturdió.
- ¡Meteor Assault! - Con el movimiento de rotación que realizaba, los "disparos" eran más rápidos, castigando a su adversario, quien caía... de pie.
Aprovechando la confusión, Jackal corrió velozmente para terminarlo pero se encontró con nada, atento, leyendo el viento, Eremes le llegó por detrás, pretendiendo cortarle el cuello, antepuso su arma.
El pelirrojo se agachó, con un poco de esfuerzo se escabulló e hizo un volantín para alejarse. Eremes lo esperaba ya. Todo se resumió en esgrimir los puños-cuchilla, el clon era más potente y a Jackal se le hacia costoso esquivar, pequeñas brechas de piel y vestimenta empezaron a abrirse.
- Qué sitio tan tenebroso. - Objetaba Hitto, después de dejar a Alantor, alcanzó a su compañero y emprendieron camino.
- Sí, uno no sabría que hay por ahí. Y además este lugar es enorme.
- Puedo sentir dos energías en confrontación, sin embargo, solo una es humana.
- ¿Qué quieres decir? ¿Qué nuestros enemigos no son humanos?
- Eso parece. - Ambos seguían corriendo, hasta que el halcón empezó a dibujar círculos en el aire.
- Mira, ahí deben estar. - Viendo los escombros que había, era lógico pensar lo que había sucedido, avanzando...
- ¡Alto! - Gritó Novacian, extendió su brazo, Hinova descendió en él. - Buen chico, toma. - Dijo, dándole unos cuantos granos. Ahora dirigiéndose a sus amigos. - Cuidado. Toda esa parte tiene trampas enterradas.
- ¡Está bien! Shinato, sujétate de mí. - Así lo hizo. - Teleport. - Los dos aparecieron frente al Sniper.
- Bueno ¿Dónde están?
- Ahí. - Señaló a la pareja, que todavía permanecia dormida.
- Yo los examino. - Se ofreció el Alchemist.
Sus vendas "brillaban" con el carmesí de su sangre, parecía un demonio, un poco mareado pero sin apenas quejarse de sus heridas, el Assassin Cross aún daba para más.
"Debo ser más fuerte que el dolor. Debo ser más fuerte que él. Solo tengo una opción." - Pensaba, mientras una de sus manos temblaba, indecisa, sobre si extraer o no lo que palpaba.
Muy poco tiempo para decidir, sin dar tregua, el fantasma iba a por él, quería su cabeza. Ladeó el cuerpo y usando la velocidad de su rival, lo envió de de cráneo contra una de las columnas de tierra que este había hecho.
Se colocó detrás de otra columna, la cortó en tres pedazos y los pateó contra Eremes, quien se levantaba, llegó a bloquear dos pero el tercero dio en su abdomen.
"Es el momento." - Sacó la botella roja y se bebió el contenido.
Se escondió bajo tierra. Usando un círculo para manipularla, cinco columnas apresaron a su "amigo". Salió.
- ¡Sonic Blow! - El viento cortante iba en aumento a punto de impactar, este se liberó, haciendo fallar el ataque. Acto seguido, corrió y con un salto felino devolvió la técnica. Al instante de eludir, los efectos secundarios del veneno empezaron a afectar la motricidad de Jackal, quien tropezó, una de las cuchillas cercenó su muñeca, un dolor abrumador lo sacudió. Perdió una mano, esta aún agarraba firme su katar pero iba soltándola suavemente.
Se tuvo que calmar obligatoriamente, cogiendo una venda, se amarró el antebrazo, usando su boca y su mano restante, para no desangrarse, el nudo estaba un poco flojo. En los siguientes minutos, rodaba por su vida. Cogió un poco de tierra y la lanzó a la cara del clon.
Los segundos fueron importantes, logró tomarse el antídoto, que sabía tan mal como el veneno.
Ocultándose, esperaba recuperarse un poco. Cuando Eremes pudo volver a ver, no encontró a nadie, por instinto, también se desvaneció. Jackal se sintió alivaido hasta que un par de navajas atravesaron su pecho, estrellándolo contra unas columnas. Era él.
"¡Maldición, podía verme!" - Escupió sangre. Soltó su arma. - Arghhhh... - Golpeó con su palma a Eremes. - "¡Venom Splasher! Aguanta. Solo cinco segundos."
Cinco... cuatro... - "¡Vamos!" - Tres... Eremes pone más presión, hundiéndole más su arma. Dos... Su cuerpo se rinde. Su cabeza agacha. Había muerto. El vencedor retiró sus katares del ahora cádaver.
- ¡Bravo! ¡Bravo! ¡Magnífico! - Aplaudía el científico, felicitaba a su creación, que ya estaba en la habitación. - ¡Excelente! Mira Raise, sangre de Jackal, ¡¿No es bella!? ¡Pronto tendré un nuevo títere! - Pero el Crusader no respondió. - ¡Tú te lo pierdes!
Disfrutaba todo esto, lo locura lo ha llevado a un nivel de sadismo incontrolable y la víctima poco podía hacer. Las risas y festejos de Kiel pararon. Se tornó serio, prestó tanta atención al combate que no advirtió sobre las demás visitas.
- Tenemos más invitados, ¿Sabes lo qué significa?... ¡Tenemos para un espectáculo más!...
Fin Capítulo 21
Observaciones: Tanto el Hide como el Grimtooth han sido considerados como ataques mágicos. Por lo cual requieren círculo.