Gracias de nuevo por los comments, este capítulo seguro que os dejará de piedra:
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CAPÍTULO 14: MILAGROEstaba en mi cama, durmiendo profundamente, quizás en algunos sueños que no quisiera revelar. Era de mañana, muy de mañana, apenas había salido el sol, y en esas horas tanto Bianca, como Stangckle, como yo, solíamos dormir, ya que mis entrenamientos empezaban un par de horas más tarde, y Stan iba a sus asuntos un poco más tarde que yo con Bianca.
Sin embargo oí un estruendo de pasos tras un gran golpetazo en la puerta de mi casa, que me sobresaltaron. A los pocos segundos unas manos me estaban revolviendo agresivamente de arriba abajo.
-¡Gelmir, despierta rápido! –vociferó Bianca- ¡Mira, allí!
-¿Eh? –dije mientras me levantaba y miraba por la ventana, y sentía unos pasos siniestros y rápidos acercándose al puente de Yuno.
-Es él...
-Seyren –aclaré.
-Viene hacia aquí...
-¡A luchar!
Dicho esto salté de la cama, y en cuestión de instantes ya tenía encima mi reluciente armadura, y en mi mano la espada de mi padre, en el cinto la Muramasa. Fuimos sin dilación atravesando las calles de la mágica ciudad hasta el puente que hacía las veces de entrada a la ciudad. Sentía sus pasos cerca. Habíamos llegado a tiempo para pararle los pies aunque por la expresión de Bianca dudaba si podríamos de veras hacerlo.
En un minuto ya lo teníamos delante. Era una forma humana que tenía características de mi físico, que denotaban como era mi padre antes de morir. En su cara había unos ojos de color rojo, y una boca que no expresaba ni tristeza ni alegría, era como si en su mente no tuviera sentimiento. Lo mas extraño es que de él brotaba una especie de humo, como si fuera un aura. Sentía que si lo mataba haría un gran bien para el mundo y para mi padre. A la señal de Bianca le atacamos. Era muy poderoso, mi primer ataque que fue una estocada con un salto lo esquivó sencillamente, y paró el letal escudo de Bianca que le venía detrás. Luego entre los dos le atacamos en frenesí cuerpo a cuerpo, aunque se defendía de nuestros ataques con cierta facilidad.
-¡Es muy fuerte! –exclamó Bianca, tomando aire.
Aprovechando la leve baja de guardia de Bianca, el ente le golpeó de abajo hacia arriba con su espada gigantesca, haciéndola volar casi fuera del puente, pero reaccionó a tiempo y pudo agarrarse, a duras penas, del borde.
-¡Bianca! –grité- ¡En pie!
-¡Me caigo! –exclamó, con un grito.
Sentí como me desgarraban la espalda de un corte, y luego una contundente patada que me hizo caer de golpe en el suelo. El dolor era inmenso, pero en instantes descubrí que no era una herida tan grande. Eso sí, el Seyren estaba encima mío, apuntándome la espada para intentar arponearme, aunque pude girar sobre mí mismo y levantarme, aprovechando su error para ponerme en guardia pese al dolor por el reciente corte.
-Gelmir... no aguantaré mucho más... –dijo Bianca, que estaba a punto de caer- No puedo más... Gelmir cuídate...
-Oh Odín... –ahogué un grito, no llegaba a tiempo. Pude ver a Bianca perder la sujeción de su brazo y precipitarse hacia el gran vacío que había debajo de la ciudad flotante de Yuno- Oh... no...
Seyren también estaba en guardia, y lentamente se me acercaba para continuar su letal ofensiva. Tenía miedo, pero estaba furioso, no iba a dejar que me matara así como así, después de lo que le había hecho a Bianca.
-Está bien, ven aquí... –dije, firme en mi espada, que relampagueaba de color rojo, muy intenso.
Se oyó un chasquido detrás de mí, y un sonido de llamas en el vacío, justo donde caía Bianca, y de reojo pude ver que esas llamas impedían que cayera más profundo.
-¿Qué rayos? ¿Stangckle? –quise girarme, pero sabía que si me distraía el ente me atacaría.
-Gelmir, échate a un lado –dijo una potente voz de mujer detrás, una voz extraña...
![](http://img375.imageshack.us/img375/1846/regresodelucy1yr1.jpg)
La obedecí y entonces la vi. Una gran capa ondeaba al viento, al unísono con su pelo rubio, que hacía una gran cola. En sus ojos verdes y brillantes se mostraba una gran seriedad, así como también una gran determinación, llevaba una armadura completa, como la mía, pero modificada en versión femenina. Era una señora de caballeros, como yo, y su cara era... me quedé paralizado. Sólo podía mirar. Con llamas en su cuerpo, se disparó como el rayo hacia Seyren, que aunque no tenía expresión en la cara, se le veía sorprendido. La mujer utilizó lo que llamamos “frenzy” y entonces Seyren fue impactado con una lluvia de golpes, los suficientes para dejarlo tendido en el suelo, y despareció todo, fundiéndose en el aire. Estaba claro que ese no era el Seyren ente original, que era sólo una copia fuerte. La mujer se giró, y el cuerpo de Bianca envuelto en llamas, se puso encima del puente, sana y salva, aunque perdió el conocimiento. Pero mis ojos estaban fijos en esa Lady.
-No puedo creerlo...
-Has crecido mucho, Gelmir –dijo, con su voz, que me hechizaba al oírla.
-Una Lady, señora de caballeros... hermosa...
-¿No me reconoces?
Me fijé de nuevo en sus ojos verdes, su pelo, su figura, la veía, pero mi cerebro quería decirme que no.
-Es... es... es... es... –dije, incrédulo- ¡¡¡Lucy!!! ¿Es esto un sueño? ¿O qué rayos es esto? No lo sé, ¡pero que dure!
Me acerqué a ella. En verdad estaba físicamente muy cambiada, sus ojos eran de un verde brillante de veras, que nunca había recordado en ella, y su armadura de renacida la hacía mucho más madura y imponente. Me dejé caer en sus brazos, abrazándonos cálidamente. Nunca recordé antes ningún abrazo así. Porque esto era un abrazo de enamorados, supongo...
-Lucy...
-Gelmir...
-Eres tú... has vuelto...
-No podía dejarte solo, con lo que se avecina.
-Oh... pero no me lo puedo explicar... –susurré, abrazándola más- no lo entiendo... ¿Estás de vuelta? Y mírate... eres toda una Lady... ¡Lady Lucy! Pero... yo te maté... esto no puede ser real...
-He estado en el Valhalla –dijo, sonriente- Te guiaré a un sitio, sígueme Lord Gelmir.
Caminamos hasta el Castillo de los Sabios en la misma ciudad, y una vez dentro llegamos donde posaba el Libro de Ymir, el cual explicaba cosas sobre el Valhalla, y estaba lleno de misterios...
-Recuerdas, ¿el libro de Ymir? –dijo.
-Sí.
-Observa.
Se abrió un portal en la sala, salía del mismo libro. Me cogió la mano y entramos juntos. Cerré los ojos. Sentía un viento muy fuerte por todo mi cuerpo y una sensación especial me recorría, como de fuerza.
-Alza la vista –dijo Lucy.
-¡Por Odín!
Estábamos flotando en el cielo, en un palacio gigantesco y sagrado. Delante de mí había una hermosa mujer que vestía una armadura brillante, decorada con plumas, y no estaba de pie en el suelo, sino que flotaba, porque en su espalda tenía unas grandes alas. Sin duda alguna, era una verdadera Valkiria.
-Una... ¡una Valkiria!
-Exacto –afirmó Lucy- La Valkiria más pura que existe.
-Legendario...
La Valkiria sonreía, bajó a nuestra altura y nos acarició la cara con sus blancas manos. Sentí como si de aquella caricia me salieran fuerzas suficientes como para matar al mismo diablo.
-Si tienes algo que agradecer, agradéceselo a ella. Fue quien me ayudó a volver.
-Oh... explícamelo todo...
-Es todo muy difícil –dijo- Realmente yo estoy muerta.
En mi cara se reflejaba una cara de confusión ridícula.
-Tú me mataste, ¿recuerdas?
-Sí... pero sin embargo te veo aquí, carne y huesos. ¿No es real acaso esta mano que toco?
-Es temporal. Escucha Gelmir.
-¿Sí?
-Sólo hay una forma de que yo continúe viviendo. Mira mi espada –me la mostró, tenía una marca tras las otras quemadas- Tiene un cuarto sello, pero no está sellado. Necesito que el portador del agua me dé su poder, y mi espada será otra.
La Valkiria no hablaba, sólo sonreía y asentía, pues parecía que Lucy hablara por ella.
-¿Otra? Hmm... ¿Y entonces vivirás?
-Sí –dijo, mostrando una sonrisa que me dio esperanzas.
-Bien... interrogaré a Bianca... Ella sabe quien es el portador del agua, pero no me lo quiere decir... dice que lo descubra por mí mismo...
-Gelmir, Bianca no puede decírtelo...
-Soy yo quien debe descubrirlo.
-Exacto, Gelmir –en su mirada leí que tenía que meditar.
-Hmm... hmm...
En mi mente empezaba a encajar piezas una tras otra, intentando comprender cosas. Pasé un rato pensando, la tranquilidad del lugar me ayudaba a concentrarme sobremanera. Al fin saqué conclusiones.
-¡Ah! ¡Ahora entiendo! Cuando yo te maté brillaste y ascendiste al Valhalla porque ahí obtuviste poder necesario para renacer, las Valkirias te eligieron en ese mismo momento, crucial y justo para que renacieras...
-Sí.
-Si no seguirías muerta. Y quisieron darte una segunda oportunidad ya que renacer es una semi segunda vida, ¡lo veo claro! ¿Es eso?
-Más o menos. Sólo que yo aún sigo muerta.
-Oh... es un regalo de los dioses –dije, recuperando en ese momento la felicidad que había perdido meses atrás, como si una luz me iluminara en mi oscuridad. Era real, estaba aquí, cogiéndome la mano, la sentía de veras. No podía ser un sueño. Ahora tenía que luchar para que pudiera seguir así y le concedieran lo queríamos ambos. La miré a los ojos y no pude reprimir besarla con cariño- Oh... es algo increíble...
-No quiero que te hagas ilusiones –dijo, triste- Yo aún sigo muerta...
-Sí, pero como tú dijiste, ¡no seas pesimista! –dije, cogiendo fuerte de su mano, con esperanza. Sonriente y seguro, recuperando mi verdadera determinación que me caracterizaba. Lucy también sonreía emocionada y esperanzada.
-Pues averiguaré quien es el agua... Si dijo que lo adivinara por mí mismo quiere decir que tengo lo suficiente para saberlo... ¡Sólo tengo que pensar!
Volví a adentrarme en mi mente. Verdaderamente aquel lugar fomentaba la concentración, y recordé en mis viajes todo lo relacionado con el agua y quién podría ser...
-Enigmático... –murmuré- Espera. El agua resiste el fuego, ¿no?
-Sí.
-Y el agua es vida ¿no?
-Sí.
-¡¡Rayos!! ¿Puede ser? –exclamé como los que descubren algo que tenían delante de las narices y durante años no se enteraban de ello- Mmm... En la mazmorra del Magma Stangckle pudo resistir las llamaradas, y tiene un extraño homúnculo... No es uno normal sino uno como si lo hubiera creado él a partir de sí mismo.
-Además de que mi espada brillaba cuando estábamos cerca de él... Todo encaja... Por cierto, Gelmir –dijo, mientras acercaba su Muramasa a mi cuerpo, y empezó a desperender una luz incandescente- Mi espada brilla contigo.
-Oh... es cierto, si...
-¿Eres tú un portador?
-Así es –dije, mientras sacaba mi Muramasa, la cual también empezó a brillar como la de Lucy.
-Debes ser el de la Tierra.
-Ohm... Sí. ¡Mira fíjate! ¡Si Stangckle es el agua y tú puedes sobrevivir tenemos los cuatro elementos!
-¡Si, es verdad! Creo que llegó la hora de irnos. Valkiria, llévanos de vuelta a Yuno. Os lo ruego.
-Gracias por hacer regresar a Lucy...
La Valkiria sonrió una vez más, no sé en que pensaría, pero tengo la impresión que tenía esperanza en nosotros dos. Nos abrazó con sus brazos, y una gran luz me cegó hasta perder el conocimiento. Desperté en Yuno, no estuvimos mucho tiempo desmayados, porque el transporte fue instantáneo. Era muy extraño que una luz pudiera desvanecer a la gente. Sin duda una luz muy poderosa y pura.
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