Como crítica constructiva diré que en relatos como este, con matices clásicos en cuanto a léxico que pretenden estilizar y ornamentar el escrito para transportar al lector a un lugar desconocido y antiguo, choca bastante leer verbos tan simples como "haber" o "mirar" que, a mi parecer, rompen esa tan bonita sensación de inmersión que como ávido lector me encanta experimentar. Buen trabajo, seguid así, cuidado con las tildes (he visto alguna mal puesta) y con las aliteraciones traicioneras.