Todos mis compañeros han caido, uno por uno, he visto por desgracia, con mis propios ojos verdes como practicamente todos han descendido al suelo en un último suspiro, un último latido de corazón,
convertido un cuerpo en un fondo negro sobre en un lago de sangre iluminada por una vela, he presenciado un otoño pasar por delante de mí, el cua,l ha traido de la mano a bailar un vals a un invierno teñido de carmín de labios escarlata a celebrar... Como hecho de más el cobijo, y el humor de
Zas-Der, el primer Sniper que no dudó al entrar a viajar conmigo en busqueda de la Gran Sacerdotiza a las tierras elevadas de Yuno, mi ciudad favorita siempre tan calmada y llena de un
paisaje a la luz del sol envidable, y que cuando caía la noche bañaba de alegría los ojos de sus visitantes al tener la mejor vista a las estrellas, astros y planetas conocidos en todo la vasta
la República de Schwartzwald... MI Zas-Der, que sacrificó su vida para retrasar el avance de una tropa de Orcos de Shelter y Barones que atacarían la ciudad 5 días después de que llegaramos a esta ciudad, los cuales
sin previo aviso y casi transportador por Warp a la entrada de la ciudad, atacaron, atacaron trayendo el caos, la pena y el dolor en sus armas, magías y hechicería en sus manos, en su ser para que esa placentera noche se volviera fatídica , la cual todo se volvió humo, sonidos madera que era casicomo
mordidos por los mismos dientes del Señor Irfrid. Afortunadamente ya esa mañana teniamos una pista en donde se podía ocultar Alambra, la Gran Sacerdotiza, quien residía quien sabe cuanto tiempo en aquella ciudad junto su a su hermana gemela y muda S y mi querido
Zas fue tan claro y preciso.
-Si la encuantras mandales mis saludos a esa mujer, y dile que por nada del mundo quiero verla rondando por el Valhalla- Lo dijo cuando justo le dio en un ojo a un orco el cual se retorcio en el suelo antes de morir y me salvó la vida.
Supe que jamás lo volvería a ver y, me despedí de el con una sonrisa en mi semblante, pero un dolor en el pecho, una herida que llevaría de por vida en mis memorias. Ahora mi enemigo es un misterio, mi venganza es una sombra que se dibuja en unos matizes de grises,
la cual asesinada por una estaca bendecida de mi odio, y, a pesar de mis enseñanzas eclesiásticas asesinaré a alguién, esto ya es vida o muerte... Aunque Zas-Der fue el último vengaré a el y a todos A Lu a Maya y Etne, Samir, Génesis.
La guerra siempre algo queda para los que vienen:
-¿Quién es el que daña? y ¿Quién es el que sufre?- Susurré mientras corría entre todos quienes huían en warp hacia afuera.
Mientras yo iba hacia adentro en el posible encuentro de Alambra, quien quizás ya no esté en esta ciudad, quizás este ya warpeada muerta o si tengo suerte aún aqui con vida...
