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Autor Tema: Ragnarok, la Guerra Divina.  (Leído 19272 veces)

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Desconectado Yumina

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  • Pj Principal: Yumina
Ragnarok, la Guerra Divina.
« en: 04 de Noviembre de 2015, 01:36:14 am »
Nota del autor: Hola, esta es una historia basada en el juego que a todos nos gusta, pero con algunas diferencias que irán notando tanto en la historia interna del juego, como en funciones de los jobs, sus ataques o habilidades, niveles, puntos de distribución, etc, así que si algo no calza, es sólo para darle sabor a la historia. Sabiendo esto, que tengan una confortable lectura.

Prólogo: Ragnarok.

Parte 1.

Spoiler for Hidden:
Hoy es un día especial que se da una vez cada mes. Una celebración deportiva llamada War of Emperium, más conocida como WoE, en donde diferentes gremios luchan por conseguir uno de los muchos castillos disponibles alrededor de los 3 grandes reinos, Rune-Midgart, la República de Schwartzwald y el Estado de Arunafeltz.

Cada ciudad tiene a su propio gremio representante con cientos de guerreros listos para dar lo mejor de sí y dejar en lo más alto sus nombres.

Y en medio de esta guerra deportiva me encuentro yo, Charles Faber, luchando por el castillo Gondul en prontera. A mi lado se encuentra acompañándome mi mejor amiga, una Bio Alquimista de nombre Leivinia, quien no deja de reclamar lo mala de la idea de hacerla participar por primera vez en este evento.

Leivinia es una chica baja, joven para ser Bio Alquimista, con tan sólo 15 años y una estatura de 1 metro con 35 centímetros, es una niña prodigio por donde se le mire. Su cabello corto es de color plateado, sus ojos son azules al igual que sus típicas ropas del oficio. Su cuerpo pequeño además, sufría de crecimiento tardío, siendo una chica completamente plana, sin curvas, tanto en la zona del pecho, como de la cintura.

Sí, ella ha renacido al igual que yo, pero ella se tardó unos años más, por lo que mi edad la sobrepasa. ¿Qué falto yo? Bueno pues, soy un Master Smith, de 21 años, de 1 metro con 88 centímetros, pelo largo amarrado con una cola de caballo hasta la mitad de la espalda, su color, verde claro, claramente teñido.

Completamente afeitado, ya que una vez me ocurrió que mientras forjaba, una chispa cayó sobre mi barba, incendiándola, aún mantengo una cicatriz de quemadura en mi mejilla derecha. De ojos negros. Visto con las ropas de mí oficio, camisa blanca, pantalón negro. Con un cuerpo en forma debido al trabajo de herrero, músculos en los brazos y en el pecho más que nada.

- No te preocupes “Lei”, en este evento, el daño no existe en realidad, por lo que jamás morirás, a lo sumo te echarán automáticamente del castillo si eres derrotada. -

Sí, a mi amiga le gusta que le digan Lei, y como mencioné anteriormente, es nueva en WoE.

- Tú sabes mi nivel, soy muy baja, seré la burla al final del día, lo sé. -

- El nivel no lo es todo, prueba de ello son tus bombas ácidas, en estos momentos tienes el mismo daño que tendrás en el máximo nivel… -

No alcancé a terminar, ya que una Asesina Cross que nos vigilaba escondida derrotó de un Sonic Blow a Leivinia.

Neptunia, la famosa Asesina de WoE, temida y admirada, odiada y respetada. Una mujer hermosa, de 25 años, ojos morados al igual que su cabello largo hasta la cintura, separado en 2 largas trenzas hacia los lados. Sus ropas negras la hacen esconderse perfectamente en zonas donde no llega la luz, por lo que, a diferencia de otros colegas de su profesión, ella mata sigilosamente dentro de los edificios.

Con un cuerpo exageradamente desarrollado, con gran volumen de busto y mortales curvas en su cintura.

- Es cierto, ser de nivel bajo te hace poco resistente. -

Suspiré encogiéndome de hombros, pero siempre alerta a los movimientos de mi rival.

- Hoy saldaremos nuestras cuentas, no quería que nadie nos interrumpiera. -

Neptunia es orgullosa, nos hemos topado en varias ocasiones, teniendo ambos la misma cantidad de victorias. La verdad, esta rivalidad a mí no me importa, pero ella es tan insistente y molesta, que mejor desempatamos esto nuevamente. Ustedes podrían pensar, si me dejo ganar se acabaría la rivalidad, pero ¿Yo perder? ¿Ustedes se dejarían ganar?

Un intercambio de golpes se da en los pasillos laterales de Gondul. Otros miembros de mi gremio y del gremio de Neptunia avanzan ignorándonos, saben de nuestra rivalidad, y no se interponen, y pobre del que lo hiciera.

Los agiles movimientos de Neptunia son controlados por la gran velocidad otorgada por mi hacha, la Hurricane Fury, pero como siempre, estoy a la defensiva. Al igual que en el pasado, mi oportunidad se dará cuando Neptunia baje su guardia, mientras que ella me vencerá siempre y cuando pueda sortear mis defensas. Sí, soy patético, acorralado por una chica, pero vamos, ellas también son poderosas.

Lo que nadie esperaba, es que de pronto el cielo obscureciera. Una incontable cantidad de rayos caían, y desde el cielo descendían numerosas carrosas guiadas por caballos voladores. Desde la tierra que se abría, emergían otros seres endemoniados, dispuestos a luchar contra los seres del cielo.

Nuestras miradas atónitas demostraban nuestra ignorancia ante lo que ocurría. ¿Qué estaba pasando? ¿Quién es nuestro aliado y quien nuestro enemigo? Y más importante aún ¿Quiénes son estos tipos?

La verdad, lo que aconteció a continuación aún me es borroso en los archivos de mi memoria. Recuerdo que una gran bola de luz se dirigió hacia donde luchábamos Neptunia y yo. En un acto heroico e involuntario, empuje a Neptunia, recibiendo el ataque de lleno.

¿Qué ocurrió después? No lo sé, sólo puedo ver un cielo extraño, más azul-negro de lo que estoy acostumbrado a ver. Cierto, el herrero se encuentra tendido en el suelo, mirando al cielo estrellado, pero al que aún ilumina la luz del sol ¿Qué contradictorio no?

Me levanto y me percato que Leivinia no se encuentra por los alrededores, tampoco Neptunia, y la verdad, no veo a nadie, solo un llano infinito de nieve, parece ser que estoy en una montaña. A lo lejos puedo ver humo, seguramente hay un pueblo por las cercanías.

Camino y camino y cuando me acerco, encuentro lo que parece ser un campamento, pero, al menos en lo que aprendí viajando por el continente, estas tierras jamás existieron. ¿Dónde me encuentro?

Parte 2.

Spoiler for Hidden:
Sí que es un lugar extraño pero acogedor. Apenas llegué al campamento, los guardias que custodiaban el puente que conectaba las montañas con el campamento salieron a recibirme.

Rodeado completamente por un gran lago, con 2 puentes que conectaban al campamento con sus únicas 2 salidas, uno hacia la montaña nevada y el otro hacia un frondoso bosque verde. Las distancias eran demasiado cortas como para creer que semejantes lugares se encontraban tan cerca, esto definitivamente no es parte de los 3 reinos, ni tampoco del sector internacional.

Por haber llegado de madrugada, no hay gente además de los guardias, quienes me ofrecieron una de sus tantas tiendas de descanso luego de oír mi historia. Según los guardias, ahora me encuentro en el Campamento Midgard.

Había oído en el pasado que luego de la derrota de Satan Morroc, se pudo contactar con otra dimensión, un nuevo mundo, y que sólo algunos selectos de élite podían viajar a explorar.

A pesar de haber transcurrido más de 30 años, el lugar sigue siendo restringido para público en general, por lo que fuera de historias y rumores, no tenía más información al respecto.

Rechacé la oferta de los guardias, mi espíritu aventurero me obligaba a explorar la zona, así me lleve lo que quedaba de la noche y gran parte de la mañana explorando cada rincón del campamento.

Un lugar repleto de personas de las 3 naciones y al parecer de una nación más. Gente muy amable y alegre, quienes saludaban a todo quien pasaba. Era casi como una ciudad.

Llegué a un sector que apestaba a animales, parecía ser un zoológico pero con criaturas que jamás en mi vida había visto. Un caballo con alas y cuerno, una extraña mescla entre pegaso y unicornio. También había pequeños leones, los que parecían ser gatos con melena. Una especie de humanoide peludo, como si fuera una versión cavernícola de la humanidad también se encontraba enjaulado.

Un hombre con ropas del estado de Arunafeltz llegó con kilos y kilos de pescado fresco.

- Charles, ha pasado un tiempo que no te veía ¿Ya ha mejorado tu salud? -

¿Me hablaba a mí? Yo a este hombre no lo conozco, pero definitivamente se dirigió a mí, luego de ver que no había nadie más a mí alrededor.

- Disculpe, ¿Quién es usted? -

- Jajaja, siempre tan gracioso. Por cierto, si buscas a mi hija, ella se encuentra donde siempre, ya sabes, su deseo por ser más fuerte la hace entrenar todas las mañanas. -

- ¿Su hija? ¿Dónde siempre? -

Ya no puedo estar más confundido ¿Me habrá confundido con alguien más?

- Yumina, tu amiga de la infancia, vamos crecieron juntos, no me hace gracia que juegues con este tema, aunque sea de broma. Si ella te escucha quizás se ponga triste, ya sabes, es muy sentimental con esas cosas. -

- Breeder Taab, por fin regresó y con bastante alimento para la semana, buen trabajo. -

Una mujer que parecía ser científica recibe al hombre llamado Taab.

- Ah Jane, fue una gran mañana de pesca junto a los Cat Agents. -

- Sí, puedo verlo. Oh pero si es Charles, seguramente está aquí buscando a Yumina como de costumbre. -

- Claro, pero esta vez llegó algo tarde, mi niña se aburrió de esperar y se fue a entrenar, deberías apresurarte o se enfadará de verdad, jajajaja. -

- ¿Entonces qué espera? A una dama no se le hace esperar. -

Prácticamente fui echado de aquel lugar.

Caminando por el campamento no dejaba de pensar en lo extraño de los eventos. Primero, ¿Cómo es que fui a parar aquí? En segundo lugar, aquellos tipos que afirman conocerme, que saben mi nombre, incluso esa información de que mi amiga de la infancia es una tal Yumina. ¿Estaré en medio de un sueño?

La reacción de la gente varía de acuerdo a que tan alejado me encuentro de aquel extraño zoológico, mientras más lejos, la gente parece no conocerme, mientras que por los alrededores, todo el mundo afirma que me conoce y hablan sobre la mujer de nombre Yumina.

De un momento a otro, una extraña luz verde ilumina el campamento en diferentes sectores. La luz proviene de una extraña esfera que antes no estaba, o no recuerdo haberla visto.

Es en la dirección al zoológico, por lo que investigar significaría volver a esa extraña sensación de ser conocido por gente desconocida, pero mi curiosidad es más grande.

Al llegar veo que esa gran esfera de luz se encuentra vigilada por muchos guardias, además de que construyeron varios muros a su alrededor, dejando sólo un camino para llegar a ella, camino fuertemente custodiado.

Pregunté por la esfera, a lo que un guardia respondió:

- Es el portal hacia el otro mundo, pero ya no funciona. Es recomendable que te mantengas alejado, no querrás desaparecer de este mundo para siempre. -

Si me aleje fue por el impacto mental que significaron las palabras “ya no funciona”, ¿Significa acaso que ya no puedo volver a mi mundo?

Comencé a rodear la esfera, ver que hay diferentes edificios con antenas gigantes hechas de cristales extraños apuntando hacia dicha esfera.

 Un niño que jugaba por el lugar chocó contra mí, cayendo al suelo.

- Auch… Cha… Charles… ¿Estás aquí?... Por favor, no me entregues a Yumina, ella me matará, no sabe diferenciar las bromas… -

- Calma niño, no haré nada de lo que dices, pero a cambio dime, ¿Dónde se encuentra Yumina? -

- Donde siempre, y al parecer está de muy mal humor. -

- ¿Podrías señalarme hacia dónde es? -

El niño me miro confundido, para luego apuntar en cierta dirección.

Seguí el rumbo que me dieron, ya que creo que lo mejor por ahora será averiguar más sobre este extraño lugar y sobre mi famosa amiga de la infancia.

Luego de minutos caminando puedo observar a una High Priest, sentada en la tierra, parecía estar meditando. Al acercarme, sin querer generé el ruido necesario para que la HP se fijará en mí, al parecer estaba atenta ante cualquier novedad.

- Charles, ¿Por qué te tardaste tanto? -

- ¿Yumina? -

Parte 3.

Spoiler for Hidden:
- ¿Es todo lo que me dirás? Mi nombre no es una forma de pedir disculpas. -

No sabía que decir, ser conocido por alguien que yo no conozco es por lejos, una de las peores sensaciones que alguien puede sentir. No estoy seguro si esta gente miente o dice la verdad, si es una especie de trampa o si algo falla en mi interior.

Yo recuerdo bien mi pasado, recuerdo bien a mis amigos, familia, conocidos. Mi amiga de la infancia es Leivinia, y nadie más. Mi hogar es en Aldebaran, no en este campamento, y en ningún momento fui escogido para explorar estos lugares.

- ¿Estás bien? No estas reaccionando como siempre ¿Algo te preocupa? -

Parecía ser una preocupación sincera.

- Lo siento Yumina, pero no sé quién eres tú. -

Creo que fue la mejor decisión, enfrentar directamente el asunto.

Yumina frunció el ceño, aproximándose más hacia mí, quedando tan cerca que me es imposible el no ponerme nervioso.

Seamos honestos, esta mujer es hermosa, con ojos color esmeralda, cabello claro color rosado, con un largo de apenas hasta los hombros. Con 19 años, Yumina es de mi altura, siendo más baja que yo por tan solo un par de centímetros. Su cuerpo es completamente de mi gusto, bien proporcionado a su tamaño, sin grandes curvas exageradas, como las que tiene Neptunia por ejemplo.

Sus ropas de HP, verde claro con blanco, tienen ciertas diferencias con las tradicionales, comenzando por el largo del vestido, el cual es mucho más corto. Sus mangas no están ajustadas, estando sueltas sin poder dimensionar bien como son sus brazos. Además sus zapatos no son de tacón.

- No es gracioso lo que dices, si es una de tus bromas detente, no me gustó para nada. -

El tono de Yumina se volvió seco, ¿Estaba enojada? Lamentablemente no puedo hacer nada para aliviar su enojo.

- Yumina, no soy quien crees, yo no te conozco, ni pertenezco a este lugar, no pienses que es una broma porque no lo es. Algo extraño ha ocurrido y he venido a parar… -

No pude terminar de explicar nada, ya que aquellas lágrimas en el rostro de Yumina me dejaron mudo. La chica no dijo nada, simplemente dio media vuelta y se fue corriendo.

Intenté alcanzarla, pero ella es muy rápida, ahora entiendo porque no usa tacones.

Me sentía muy mal, aún sin conocerla no soy quien para hacerla llorar. Fue tal y como dijo Taab, “Si ella te escucha quizás se ponga triste, ya sabes, es muy sentimental con esas cosas”.

Tal vez sea yo el equivocado, tal vez de verdad sea de este mundo, pero de ser así ¿Quién es Leivinia y por qué tengo tantos recuerdos de mi vida con ella?

No sé, estoy confundido, son mis recuerdos contra aquel sincero llanto de una chica que afirma conocerme, y de varios relatos de algunos locatarios de este campamento.

Caminé por unos minutos regresando de las cercanías del bosque, tenía que pasar nuevamente por el puente para llegar al campamento.

Necesito regresar, encontrar a Yumina y descifrar de una buena vez que es lo que está ocurriendo. Si alguien tiene la respuesta que busco, ya sea buena o mala, esa es Yumina.

Unas campanadas muy fuertes inundan el campamento. La gente corre en todas direcciones preocupada, entrando en sus hogares, cerrando todo, puertas y ventanas.

Los guardias y algunas otras personas se posicionan como si fueran militares listos para una misión. Un Lord Knigth se encuentra gritando órdenes a todos.

- Compañeros, las pinguiculas se aproximan para invadir nuevamente el campamento, ya saben qué hacer, así que a tomar posiciones, POR MIDGAR. -

La euforia es total, todas las personas se dividen hacia diferentes sectores. El puente que conecta al campamento con las montañas es cerrado, mientras que el que conecta al bosque se mantiene abierto sin custodia.

En mi curiosidad escalo uno de los muros, siendo testigo de una estampida de pequeñas niñas plantas, que jamás había visto, aproximándose por el puente. Son cientos de ellas, tan pequeñas pero tan rápidas ¿Serán las famosas pinguiculas?

Una vez que estas chicas entraron al campamento, se dispersaron por todas partes, atacando todo a su paso. Las tiendas de los militares son destrozadas una tras otra. Los puestos del comercio también. ¿Nadie piensa hacer algo para detenerlas?

A medida que avanzaban, se dispersaban más y más, y en los momentos que llegaban de a pocas hacia el centro del campamento, las personas contra atacaron.

Diferentes jobs luchando contra estas niñas plantas. Ahora lo entiendo, las enfrentan cuando están dispersas, ya que todas juntas pueden ser mortales. ¿Significa acaso que estas niñas son criaturas poco inteligentes?

Me bajo del muro y frente a mí se encuentra una de estas niñas con una mirada curiosa. ¿Esta chica es realmente peligrosa? Aquella duda no dejaba de darme vueltas en mi mente.

La pinguicula miraba para todos lados intentando despistarme, pero conozco ese truco, definitivamente soy su blanco de ataque. Tomo mi hacha y me pongo en guardia.

En respuesta a mis movimientos, la niña planta me ataca saltando contra mí. Ese movimiento me tomó por sorpresa, por lo que recibo un rasguño de sus uñas con forma de espinas de rosa en mi rostro.

La niña es rápida, pero yo lo soy más, conectando más de algún golpe no mortal en ella. De pronto comienzo a sentirme mareado, pierdo fuerza en mis piernas cayendo sin remedio al suelo.

¿Esto es veneno? Seguramente son secuelas del rasguño en mi rostro. Si bien el efecto se pasó relativamente rápido, dio el tiempo suficiente para que esta niña extendiera lianas de su pequeño cuerpo amarrando mis piernas con ellas.

Me tiene atrapado en el suelo, forzándome a luchar acostado, teniendo claramente la ventaja. El no conocer a mi oponente me ha dejado muy mal parado, que vergüenza.

Suelto mi hacha y comienzo a luchar a punta de combos, con tan poco movimiento, no dejaré espacios vacíos en mi defensa. Pero esta niña es fuerte, no puedo manejarla bien, sufriendo varios cortes nuevos, los que me van mareando poco a poco.

Para mi alivio, alguien ha golpeado fuertemente a la pinguicula en la cabeza, aturdiéndola por completo. El efecto del veneno ha pasado y las lianas ya no me atan con fuerza.

Me pongo de pie para agradecer a quien me haya salvado y para mi sorpresa no es nada más que Yumina, sosteniendo un Stunner en sus manos.

Parte 4.

Spoiler for Hidden:
- No te entrometas en esto, es muy peligroso para ti. -

La expresión fría de Yumina me dejó congelado, es como si ella fuera otra persona.

- Si quieres sernos útil, entonces toma a esa pinguicula y llévala al centro del campamento. Déjala junto al resto de estas criaturas y te advierto, no te atrevas a matar a ninguna de ellas. -

Yumina me dio una última mirada a los ojos, para luego correr en dirección contraria a la que me indicó.

Tomé a esta inconsciente niña planta y seguí las órdenes de mi supuesta amiga de la infancia, quien ahora me da la impresión que me trata como a un desconocido.

En el centro del campamento efectivamente encuentro una gran cantidad de estas criaturas, eran literalmente una montaña, apiladas unas sobre las otras.

Una vez cumplidas mis órdenes, mi sangre orgullosa hirvió. ¿Quién se cree que es Yumina para decirme que es peligroso para mí? Revisé la cantidad de Zeny que tenía, calculé cuanto necesito para sobrevivir unos días, quedando satisfecho con los resultados, podré usar mis mejores técnicas.

Preparé mi Hurricane Fury, saqué una Berserk potion de mi carro, destapándola para tomarla cuando comience la batalla, y me dirigí hacia los campos de batalla.

Pero lo que vi me dejó pasmado. Era como ver a un arcángel volando en batalla. Yumina derrotaba una pinguicula tras otra con sólo un golpe de su Stunner. Sus ágiles movimientos tanto en la tierra, como sus saltos, sus movimientos evasivos la hacían parecer que tuviera alas.

En mi vida me encontré con muchas HPs, pero jamás vi una que recurriera a su fuerza bruta, una battle priest.

Mi corazón se aceleró al verla, su fuerza, su velocidad, sus ojos concentrados en sus rivales. Parecía que esta HP conocía de memoria a sus enemigos, pudiendo luchar contra 2 incluso 3 de ellas al mismo tiempo, encontrando el momento justo para ir noqueándolas de un mazazo en la cabeza.

Las campanadas vuelven a sonar, los gritos eufóricos de victoria son escuchados por todo el campamento. Aquel Lord Knigth de antes se acerca a Yumina y le acaricia la cabeza gentilmente.

- Buen trabajo como siempre Yumina. -

- Comandante Agip, las pinguiculas están todas apiladas en las carretas, sólo queda que usted autorice la salida para entrar en el bosque Splendide. -

Un soldado apareció para reportar la situación.

- Buen trabajo, regresen a esas niñas a su hogar, es una orden. -

El comandante sacó del bolsillo de su pantalón una tarjeta y se la entregó al soldado. Con una despedida al estilo militar, el hombre se alejó, dejando a Agip y Yumina solos.

- Charles, ¿Qué te ocurrió? -

Agip me preguntó con un tono de clara decepción. Pero para ser sinceros, no entiendo a qué se refiere.

- Al parecer sufre de amnesia, lo mejor será no presionarlo. -

Yumina fue en mi ayuda, o eso quiero creer. ¿Amnesia? A mi gusto, fue una mentira de Yumina para que el comandante no siga con su interrogatorio.

- Entiendo, es una lástima, espero que se recupere luego. Los dejo entonces, tenemos mucho trabajo que hacer con Abidal. Nuevamente, muchas gracias Yumina por tu ayuda. -

El comandante se despidió de nosotros y se retiró hacia un gran edificio, entrando por las puertas, desapareciendo de nuestras vistas.

- Él es el comandante a cargo del campamento Midgard, Hibba Agip, se podría decir que es como una especie de alcalde para esta comunidad. -

Miré extrañado a Yumina, quien al ver mi reacción tomó mi mano y la apretó con fuerza.

- ¿Quién eres tú? -

Me preguntó con una mirada decidida.

Por instinto traté de zafarme, pero su agarre es demasiado fuerte, no puedo quitármela sin forcejear.

- Mi nombre es Charles Faber, vengo… -

- Mientes, tú no eres Charles Faber, él jamás sería vencido por una pinguicula, ni me desconocería. -

Sus palabras me confundieron aún más.

- ¿Eres un Doppelganger? -

- ¿Qué estás diciendo? -

Respondí alterado, que me confunda con ese asesino es una gran ofensa.

- Ya te lo dije, es mi nombre y no pertenezco a este lugar. No te conozco, mi mejor amiga se llama Leivinia… -

- Si no perteneces a este lugar, ¿Entonces qué haces aquí? -

El tono de Yumina cambió, parece estar enojada y a la vez lastimada, parece ser que nuevamente está triste.

- Es lo que traté de decirte hace poco, estaba luchando por el castillo Gondul en Prontera cuando… -

- ¿Prontera? ¿Eres del otro lado del portal? -

- A por favor Yumina, ¿Puedes dejar que termine? -

Yumina bajó la mirada un poco avergonzada.

- De todas formas, no eres Charles Faber, no pueden existir 2 Charles. -

- ¿A qué te refieres? -

Pregunté confundido.

Yumina metió su mano derecha por el cuello de su traje de HP, sacando un bello colgante de plata con forma de corazón. Dentro había una foto. Simplemente no podía creer lo que veía.

Era yo de niño, puedo reconocerme, definitivamente soy yo, y a mi lado una versión joven de Yumina, ambos sonriendo, con nuestros rostros apegados.

Parte 5.

Spoiler for Hidden:
- ¿Cómo…? ¿De dónde has sacado eso? -

Una pregunta estúpida la verdad, supongo que mi asombro no me ha dejado pensar claramente.

- Es un recuerdo de mi amigo Charles Faber, quien claramente no eres tú. -

- No es posible, no pueden tener razón, toda mi vida no puede ser una mentira. -

- No entiendo a qué te refieres… -

- Calla, ustedes deben ser los que mienten, esto debe ser una especie de trampa, algún truco ya sea de los hombres del cielo o de aquellos que surgieron desde el fondo de la tierra. -

- ¿Hombres del cielo y de la tierra? -

Mi desesperación me tiene dominado, no escucho lo que Yumina intenta decirme, sólo grito desesperado. Estoy en un lugar desconocido, sin mis amigos, sin mi familia y peor, sin identidad.

Con un fuerte mazazo en la cabeza, Yumina opta por tranquilizarme, quitándome la consciencia.

Despierto en una habitación desconocida, con un fuerte dolor de cabeza. Me encuentro acostado y tapado en una cama. Me levanto percatándome de que todas mis cosas se encuentran en una esquina, mi carro, mi hacha.

Tomo mis cosas y salgo de la habitación, recorriendo lo que parecía ser el interior de una casa.

- Charles, ¿Te encuentras mejor? Yumina te trajo, al parecer no fue un buen día para ti contra las pinguiculas. -

Esa voz, no puede ser, la reconozco… Sí, no hay duda, es mi madre.

- Madre, ¿Qué estás haciendo aquí? -

- Hoy no me toca trabajar, ¿Se te olvidó acaso? -

- Oh, verdad. -

Mentí, no hay manera de que mi madre esté aquí, y en caso de que sea parte de la trampa, no quiero involucrarla en problemas.

Mi madre preparó la cena, mi comida favorita, con el mismo sabor que recuerdo. Además, mantuvimos una conversación bastante agradable, evitando tocar todo lo relacionado a este mundo.

Definitivamente es mi madre, de eso no hay dudas.

Si bien estar con ella me ha renovado el ánimo de cierta manera, me es necesario pensar las cosas con calma y en lo posible sólo.

Me despedí de aquella mujer a quien amo, y salí de la casa.

Creo que lo mejor será regresar a mi punto de partida, puede que consiga una pista en aquella montaña.

Salí por el puente en dirección a las altas cordilleras nevadas, pero un guardia vigilaba el camino esta vez.

- No estás autorizado por el comandante Agip, ni por ninguno de los altos rangos para seguir por este camino. Es muy peligroso, mejor regresa. -

Por más que intenté convencer al guardia, no hubo caso. No recuerdo que este hombre estuviera cuando recién llegué.

Sin saber qué hacer y completamente decepcionado, me acerqué al lago notando algo extraño, tiene corriente. Eso significa que no es un lago, sino más bien un río.

Mientras más tiempo me quedo aquí, más me asombra este lugar, un campamento construido entre un río que se divide en 2, dejando un gran terreno de tierra como si fuera una isla. Si contara esto en Aldebarán, difícilmente alguien me creería.

Me pregunto, ¿Qué pensaría Leivinia ante esto? Seguramente le buscaría una explicación física y se volvería loca intentando encontrar la forma de poder viajar a este mundo para estudiarlo.

Observando el rio perdido en mis pensamientos noto algo fuera de lugar. Es como una especie de documento flotando siguiendo la corriente del río.

Entro a las aguas y recojo el documento. Es una carpeta con el nombre Messy File N° 25 por Hansenne, Ryosen y Hue. Muchas de sus hojas están hechas un desastre, pero aún se puede leer varias partes.

“Año 25 desde nuestra llegada, no hay mayor información sobre el motivo por el que se abrió el portal, mucho menos de la razón por la que se cerró…”

Sigo leyendo interesado.

“Las tribus de los Saphas y los Laphine siguen sin ser capaces de comunicarse con nosotros, sus lenguajes son tan densos y extraños que nuestro experto en lenguas no ha sido capaz de descifrar más que algunas palabras…”

¿Sapha, Laphine? Pero qué demonios. Seguí leyendo.

“Hemos encontrado vestigios de que un gigantesco árbol te guía por una caverna subterránea, a la vez que no parece tener un límite en su altura, desconocemos si  tiene alguna relación con las raíces del Yggdrasil que nos guían a Niffelheim, pero creemos que son el mismo árbol, ya que por los alrededores solemos encontrar semillas y frutas del árbol sagrado…”

“Por ahora no hay más información, esperamos encontrar las respuestas a nuestras incógnitas pronto.

Año 723 N.E.F”.

Un reporte de hace 5 años. Pero no entiendo algunas cosas, ¿Cómo es eso de que no saben el motivo por el que se abrió el portal? Es conocimiento de todos que fue por Satan Morroc, esconderlo no tiene sentido. Es muy raro.

- Charles. -

Escuché a lo lejos. Es Yumina quien se acerca caminando.

- Tenemos que hablar. -

Me dijo con voz firme.

- Pensé que estaba todo dicho ¿Por algo me golpeaste en la cabeza no? -

- Te golpee porque te descontrolaste. -

Nuestras miradas chocaron, ahora ambos estamos molestos.

- Hablé con la Sra Faber y no encontró nada raro contigo, así que por favor, deja de fingir que no me conoces, me lastimas con tus bromas. -

- ¿Mi madre? -

- Si ella te reconoció no hay forma de que seas alguien más que Charles Faber, por lo mismo, deja tus bromas. -

Lagrimas cayeron por las mejillas de Yumina, seguidas de un fuerte abrazo. No pude reaccionar, no sabía qué hacer, que decir, sólo seguí escuchando lo que me decía en medio de sus sollozos.

- Por favor, no sabes cuánto me dañas. Si de verdad sufres de amnesia dímelo, no te avergüences, yo como tu amiga te ayudaré, pero no inventes que tienes otra amiga, no me niegues más. -

No le respondí, no era capaz de romperle el corazón, pero tampoco de darle falsas ilusiones. Sólo le besé la frente. Ella se notaba angustiada y ansiosa por una respuesta de mi parte, lo pude ver en sus ojos color esmeralda.

- Yumina, ¿Puedo preguntarte algo? -

Ella asintió con un movimiento de su cabeza.

- Ayer, ¿Qué fue lo que hice ayer? -

- Fuiste de cacería a las cordilleras de Manuk con Di Stéfano. -

- Ese tal Di Stéfano ¿Quién es? -

- Es nuestro amigo, un compañero de entrenamiento. -

- Yumina por favor, llévame con él. -

Parte 6.

Spoiler for Hidden:
Yumina me guío por el campamento hacia el sector sur, deteniéndonos en una de las tantas viviendas del sector.

- Hermana, Charles, ¿Qué hacen por aquí? -

Una High Acolita nos observaba con una mirada traviesa desde atrás de una casa aledaña.

- Kinuhata, ¿No se te dijo que dejaras de entrenar por unos días? Así jamás pasarás la prueba del Campeón. -

- No hermana, no estoy entrenando, cumplo con mi fase de meditación y paz corporal. -

- Entonces ¿Por qué estás acosando nuevamente a tu futuro mentor? -

- ¿Acosar dices? Aunque no niego que estoy muy emocionada, más aun pensando que tendré a uno de los mejores campeones del campamento Midgard como entrenador. Pedir consejos y hablar sobre mi futuro no va contra las reglas de la prueba final. -

- Como digas. -

Yumina ignoró a su hermana, y tocó con cierta agresividad a la puerta de la casa de Di Stéfano. No hubo respuesta, por lo que Yumina tocó con más fuerza aún.

Kinuhata aprovechó el momento que crucé miradas con ella para llamarme con un gesto silencioso de manos.

- Charles, Charles. -

Me susurró con un tono apenas audible. Me acerque a ella en respuesta a su llamado. Kinuhata es una High Acolyte de 17 años, pelo corto color marrón, con un parecido notable a Yumina, con los mismos ojos color esmeralda.

Con una altura de 1 metro con 64 centímetros y un cuerpo similar al de su hermana, pero con un busto más pequeño, a la vez que su cintura y piernas son más hermosas, mejor moldeadas. Sus ropas del oficio son negras con sus detalles color rojo.

- ¿Han avanzado en su relación con Yumina? -

Dijo riéndose pícaramente. Mi reacción no se hizo esperar, pero antes de decir o hacer cualquier cosa, Kinuhata se cubrió la cabeza con sus manos. Al no ver la respuesta que esperaba me miró confundida.

- ¿No vas a golpearme como siempre? Eso quiere decir, que si avanzaron esta vez. Oh que emoción. -

- No tengo idea de que hablas, pero estás equivocada en todo lo que piensas. -

- ¿Hmmm? Tu reacción parece ser sincera… -

Un grito seco nos distrajo.

- Ah Yumina, ¿Qué haces aquí? -

El grito provino desde adentro de la casa.

- Necesito que abras la puerta. -

Respondió más calmada Yumina al ver que por fin consiguió respuesta.

- Lo lamento, no puedo atenderte hoy, vuelve otro día. -

- ¿Cómo dices? Di Stéfano, no es momento para bromas, abre la puerta. -

No hubo respuesta. La furia de Yumina comenzó a elevarse como espuma, golpeando la puerta cada vez más fuerte.

- Si no abres tiraré la puerta, sabes que soy capaz de ello. -

Nuevamente no hubo respuesta. Yumina enfada, de un golpe de su Stunner rompió el pomo de la puerta y con una fuerte patada, tiró la puerta. Posteriormente, la HP entró, invadiendo un hogar ajeno.

- Deberías de ir con ella, hoy está verdaderamente enfadada, no sé qué le hiciste, pero mejor hazte responsable. -

Fui empujado por Kinuhata con una gran fuerza. Estas hermanas son cosa seria, tienen una fuerza bruta impresionante.

Entro en la casa de Di Stéfano y lo veo sentado contra la pared, con Yumina frente a él.

- Disculpa Yumina, te juro que a mí me duele tanto como a ti. -

- No sé de qué me hablas. -

- ¿No vienes por el tema de Charles? -

- ¿Cómo supiste a lo que venía? -

- Por lo mismo, te pido disculpas, yo hubiera preferido morir junto a él… Wah Charles, ¿Estás vivo? No puedo creerlo. -

¿Muerto? Esa reacción me dejó sin palabras. Di Stéfano se puso de pie y fue a abrazarme, apretándome los brazos, golpeando mi espalda, incluso me dio una fuerte y dolorosa patada en las piernas.

- ¿Qué demonios te ocurre? -

Grité enfadado, empujando al campeón con mis manos. Di Stéfano es un hombre de 21 años, de mi estatura, de ojos negros. Con pelo largo y blanco, amarrado con una larga trenza. Sus ropas de campeón son blancas, con detalles rojos y cinturón negro.

- Charles, estás vivo de verdad. No vuelvas a repetir lo que hiciste, no la volverás a contar. -

Yumina tomo por los hombros del traje a Di Stéfano, levantándolo en el aire.

- ¿Dices que Charles pudo haber muerto? Explícate. -

- Yumina, calma por favor. -

La chica baja al campeón, cruzándose de brazos mientras espera una explicación.

- Sabes que ayer fuimos a entrenar a las cordilleras de Manuk como de costumbre. -

Yumina asintió con un movimiento de su cabeza.

- Sabes que lo más peligroso por las cercanías son los hillslion y los centipedes, los cuales son controlables sin son pocos, y efectivamente, hay muy pocos. -

Yumina volvió a repetir su reacción.

- Pero ayer, un grupo de tatachos por alguna razón bajaron de las altas montañas hacia el valle. Como si fuera poco estábamos luchando contra un centipede y un hillslion cuando los tatachos nos atacaron. -

No hubo respuesta.

- Luchamos por nuestras vidas, acabando con el gusano y con 2 tatachos, pero nuestras heridas y cansancio nos pasaban la cuenta. Nos lastimaron, y en una acción desesperada lancé mi mejor golpe, el Asura Strike, eliminando a otro Tatacho, pero convirtiéndome en peso muerto. Estábamos perdidos, pero la suerte nos sonrío al quedar aturdido el tatacho que quedaba. Aprovechando el tiempo, Charles luchó contra el león, mientras me gritaba desesperado que huyera, que pronto recuperaría la conciencia el Tatacho, que él me alcanzaría luego. -

- Y lo abandonaste a su suerte. -

Yumina abofeteó a Di Stéfano.

- Él me golpeó, lanzándome montaña abajo, yo jamás lo hubiera abandonado. Pero está vivo, aquí frente a nosotros. -

Yumina me miró por unos segundos, se me acercó y me abrazó fuertemente.

- No estoy segura que tú seas el Charles que conozco, ya sea por tener amnesia o por otro motivo. Mis dudas me rompen el corazón, quisiera creer que esto es un milagro, pero algo no encaja. -

- Yumina. -

Fue lo único que pude decir.

- ¿Charles tiene amnesia? -

Preguntó Di Stéfano, pero nadie le respondió.

- Charles, ¿Puedes contarme toda tu historia, aquella que te interrumpí una y otra vez? -

Así conté todo lo ocurrido. Mi vida en Aldebaran, mi amiga de la infancia Leivinia, mi participación en la WoE de Prontera. El extraño evento de los hombres descendiendo del cielo y otros ascendiendo desde el fondo de la tierra. El ataque luminoso que recibí y mi despertar en medio de las cordilleras de Manuk.

- Ragnarok. -

Dijo Di Stéfano ante nuestros rostros sorprendidos.

- No entiendo el resto de cosas que mencionas, el ser del otro lado del portal ni nada de toda esa extraña historia, pero las personas que descienden del cielo para luchar contra los seres de inframundo, ese es el Ragnarok. -

- Ragnarok. -

Repitió Yumina confundida.

- No sé el motivo por el que Charles soñara sobre el Ragnarok, pero es una señal importante. -

- ¿Quién dices que soñó? Yo viví ello, todo lo que digo es verdad. -

- Sí claro, ¿Entonces el Charles que vivió con nosotros, mi amigo y compañero de entrenamiento, lo soñé yo? ¿Y Yumina también, así como parte del campamento? -

No supe que responder ante eso.

- De todas formas, ese sueño es algo que no podemos ignorar, deberíamos ir a ver al experto en el tema del Ragnarok del campamento Midgard. -

- ¿Te refieres a ese paladín solitario y extraño? No quiero ir, da miedo. -

Yumina se negó, Di Stefano soltó una pequeña carcajada ante la reacción infantil de la HP.

- Barny definitvamente es extraño, pero es una buena persona, he hablado mucho con él, podemos decir que somos amigos, así que no tienes que temer. -

Di Stéfano intercambió miradas conmigo, haciéndome entender que yo también debía ir. La verdad me conviene ir, cualquier cosa que me de pistas sobre qué está ocurriendo me viene de maravillas.

Ragnarok, ¿El destino de los Dioses? Así que la gran guerra divina por fin llegó.

Llegamos a un edificio completamente diferente al resto, siendo más lúgubre. Di Stéfano tocó la puerta generando cierta melodía especial, con lo que la puerta abrió inmediatamente.

Caminamos por la casa a obscuras, pero el campeón sabía por dónde ir, guiándonos.

Al llegar a una habitación, velas se encendieron solas y dejaron ver a un paladin sentado sobre una silla, frente a su escritorio.

El verlo me dio escalofríos, si bien tiene ciertas diferencias en el peinado y color de pelo, el rostro y su cuerpo son idénticos al paladín legendario.

- Tanathos. -

Dije en voz alta. El paladin llamado Barny levanto sus cejas en señal de asombro, se puso de pie y se me acercó.

- Así que me conoces. -
« Última modificación: 10 de Noviembre de 2015, 01:12:55 am por Yumina »

Desconectado Gutι

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Re:Ragnarok, la Guerra Divina.
« Respuesta #1 en: 04 de Noviembre de 2015, 02:12:38 am »
Esta historia tiene de todo, enanos, herreros, mujeres voluptuosas, caballos voladores, espero la continuación ^^

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Re:Ragnarok, la Guerra Divina.
« Respuesta #2 en: 04 de Noviembre de 2015, 19:52:33 pm »
Prólogo: Ragnarok.

Parte 2.

Sí que es un lugar extraño pero acogedor. Apenas llegué al campamento, los guardias que custodiaban el puente que conectaba las montañas con el campamento salieron a recibirme.

Rodeado completamente por un gran lago, con 2 puentes que conectaban al campamento con sus únicas 2 salidas, uno hacia la montaña nevada y el otro hacia un frondoso bosque verde. Las distancias eran demasiado cortas como para creer que semejantes lugares se encontraban tan cerca, esto definitivamente no es parte de los 3 reinos, ni tampoco del sector internacional.

Por haber llegado de madrugada, no hay gente además de los guardias, quienes me ofrecieron una de sus tantas tiendas de descanso luego de oír mi historia. Según los guardias, ahora me encuentro en el Campamento Midgard.

Había oído en el pasado que luego de la derrota de Satan Morroc, se pudo contactar con otra dimensión, un nuevo mundo, y que sólo algunos selectos de élite podían viajar a explorar.

A pesar de haber transcurrido más de 30 años, el lugar sigue siendo restringido para público en general, por lo que fuera de historias y rumores, no tenía más información al respecto.

Rechacé la oferta de los guardias, mi espíritu aventurero me obligaba a explorar la zona, así me lleve lo que quedaba de la noche y gran parte de la mañana explorando cada rincón del campamento.

Un lugar repleto de personas de las 3 naciones y al parecer de una nación más. Gente muy amable y alegre, quienes saludaban a todo quien pasaba. Era casi como una ciudad.

Llegué a un sector que apestaba a animales, parecía ser un zoológico pero con criaturas que jamás en mi vida había visto. Un caballo con alas y cuerno, una extraña mescla entre pegaso y unicornio. También había pequeños leones, los que parecían ser gatos con melena. Una especie de humanoide peludo, como si fuera una versión cavernícola de la humanidad también se encontraba enjaulado.

Un hombre con ropas del estado de Arunafeltz llegó con kilos y kilos de pescado fresco.

- Charles, ha pasado un tiempo que no te veía ¿Ya ha mejorado tu salud? -

¿Me hablaba a mí? Yo a este hombre no lo conozco, pero definitivamente se dirigió a mí, luego de ver que no había nadie más a mí alrededor.

- Disculpe, ¿Quién es usted? -

- Jajaja, siempre tan gracioso. Por cierto, si buscas a mi hija, ella se encuentra donde siempre, ya sabes, su deseo por ser más fuerte la hace entrenar todas las mañanas. -

- ¿Su hija? ¿Dónde siempre? -

Ya no puedo estar más confundido ¿Me habrá confundido con alguien más?

- Yumina, tu amiga de la infancia, vamos crecieron juntos, no me hace gracia que juegues con este tema, aunque sea de broma. Si ella te escucha quizás se ponga triste, ya sabes, es muy sentimental con esas cosas. -

- Breeder Taab, por fin regresó y con bastante alimento para la semana, buen trabajo. -

Una mujer que parecía ser científica recibe al hombre llamado Taab.

- Ah Jane, fue una gran mañana de pesca junto a los Cat Agents. -

- Sí, puedo verlo. Oh pero si es Charles, seguramente está aquí buscando a Yumina como de costumbre. -

- Claro, pero esta vez llegó algo tarde, mi niña se aburrió de esperar y se fue a entrenar, deberías apresurarte o se enfadará de verdad, jajajaja. -

- ¿Entonces qué espera? A una dama no se le hace esperar. -

Prácticamente fui echado de aquel lugar.

Caminando por el campamento no dejaba de pensar en lo extraño de los eventos. Primero, ¿Cómo es que fui a parar aquí? En segundo lugar, aquellos tipos que afirman conocerme, que saben mi nombre, incluso esa información de que mi amiga de la infancia es una tal Yumina. ¿Estaré en medio de un sueño?

La reacción de la gente varía de acuerdo a que tan alejado me encuentro de aquel extraño zoológico, mientras más lejos, la gente parece no conocerme, mientras que por los alrededores, todo el mundo afirma que me conoce y hablan sobre la mujer de nombre Yumina.

De un momento a otro, una extraña luz verde ilumina el campamento en diferentes sectores. La luz proviene de una extraña esfera que antes no estaba, o no recuerdo haberla visto.

Es en la dirección al zoológico, por lo que investigar significaría volver a esa extraña sensación de ser conocido por gente desconocida, pero mi curiosidad es más grande.

Al llegar veo que esa gran esfera de luz se encuentra vigilada por muchos guardias, además de que construyeron varios muros a su alrededor, dejando sólo un camino para llegar a ella, camino fuertemente custodiado.

Pregunté por la esfera, a lo que un guardia respondió:

- Es el portal hacia el otro mundo, pero ya no funciona. Es recomendable que te mantengas alejado, no querrás desaparecer de este mundo para siempre. -

Si me aleje fue por el impacto mental que significaron las palabras “ya no funciona”, ¿Significa acaso que ya no puedo volver a mi mundo?

Comencé a rodear la esfera, ver que hay diferentes edificios con antenas gigantes hechas de cristales extraños apuntando hacia dicha esfera.

 Un niño que jugaba por el lugar chocó contra mí, cayendo al suelo.

- Auch… Cha… Charles… ¿Estás aquí?... Por favor, no me entregues a Yumina, ella me matará, no sabe diferenciar las bromas… -

- Calma niño, no haré nada de lo que dices, pero a cambio dime, ¿Dónde se encuentra Yumina? -

- Donde siempre, y al parecer está de muy mal humor. -

- ¿Podrías señalarme hacia dónde es? -

El niño me miro confundido, para luego apuntar en cierta dirección.

Seguí el rumbo que me dieron, ya que creo que lo mejor por ahora será averiguar más sobre este extraño lugar y sobre mi famosa amiga de la infancia.

Luego de minutos caminando puedo observar a una High Priest, sentada en la tierra, parecía estar meditando. Al acercarme, sin querer generé el ruido necesario para que la HP se fijará en mí, al parecer estaba atenta ante cualquier novedad.

- Charles, ¿Por qué te tardaste tanto? -

- ¿Yumina? -


Desconectado Gutι

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Re:Ragnarok, la Guerra Divina.
« Respuesta #3 en: 04 de Noviembre de 2015, 20:01:18 pm »
Yo sigo pensando que esta historia debe tener tanto público como la de "No te enamores de mi", quiero creer que con el tema de la actualización no andan muy pendientes? Al menos aquí tienes a un fan  /idea

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Re:Ragnarok, la Guerra Divina.
« Respuesta #4 en: 04 de Noviembre de 2015, 20:25:25 pm »
Yo sigo pensando que esta historia debe tener tanto público como la de "No te enamores de mi", quiero creer que con el tema de la actualización no andan muy pendientes? Al menos aquí tienes a un fan  /idea

Gracias por el apoyo, en sí mientras a una persona le guste, dan ganas de escribir para que pueda seguir disfrutando de tus creaciones. Por cierto, cuando acabe el prólogo quiero proponerte algo. Por ahora paciencia.

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Re:Ragnarok, la Guerra Divina.
« Respuesta #5 en: 04 de Noviembre de 2015, 20:55:19 pm »
Al menos aquí tienes a un fan  /idea

Guti ya nos estuvo haciendo promoción de la historia, y es verdad, esta muy buena, me gusta también la manera en la que estas escribiendo. Sigue así!!

cuando acabe el prólogo quiero proponerte algo

Se te dio Guti! (?




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Re:Ragnarok, la Guerra Divina.
« Respuesta #6 en: 05 de Noviembre de 2015, 02:39:15 am »
Encantado en lo que sea, todo para seguir deleitándonos con esta historia

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Re:Ragnarok, la Guerra Divina.
« Respuesta #7 en: 05 de Noviembre de 2015, 04:00:53 am »
No me había dado el tiempo de leer tu historia antes pero ahora que la leí déjame decirte que me ha gustado bastante y tiene muchos elementos interesantes que de seguro sabrás manejar bien.
Esta historia tiene de todo, enanos, herreros, mujeres voluptuosas, caballos voladores, espero la continuación ^^
Chris te faltó mencionar a las Lolis.
Ansío la continuación y espero que se ponga más emocionante, saludos ;)

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Re:Ragnarok, la Guerra Divina.
« Respuesta #8 en: 05 de Noviembre de 2015, 23:33:10 pm »
Prólogo: Ragnarok.

Parte 3.

- ¿Es todo lo que me dirás? Mi nombre no es una forma de pedir disculpas. -

No sabía que decir, ser conocido por alguien que yo no conozco es por lejos, una de las peores sensaciones que alguien puede sentir. No estoy seguro si esta gente miente o dice la verdad, si es una especie de trampa o si algo falla en mi interior.

Yo recuerdo bien mi pasado, recuerdo bien a mis amigos, familia, conocidos. Mi amiga de la infancia es Leivinia, y nadie más. Mi hogar es en Aldebaran, no en este campamento, y en ningún momento fui escogido para explorar estos lugares.

- ¿Estás bien? No estas reaccionando como siempre ¿Algo te preocupa? -

Parecía ser una preocupación sincera.

- Lo siento Yumina, pero no sé quién eres tú. -

Creo que fue la mejor decisión, enfrentar directamente el asunto.

Yumina frunció el ceño, aproximándose más hacia mí, quedando tan cerca que me es imposible el no ponerme nervioso.

Seamos honestos, esta mujer es hermosa, con ojos color esmeralda, cabello claro color rosado, con un largo de apenas hasta los hombros. Con 19 años, Yumina es de mi altura, siendo más baja que yo por tan solo un par de centímetros. Su cuerpo es completamente de mi gusto, bien proporcionado a su tamaño, sin grandes curvas exageradas, como las que tiene Neptunia por ejemplo.

Sus ropas de HP, verde claro con blanco, tienen ciertas diferencias con las tradicionales, comenzando por el largo del vestido, el cual es mucho más corto. Sus mangas no están ajustadas, estando sueltas sin poder dimensionar bien como son sus brazos. Además sus zapatos no son de tacón.

- No es gracioso lo que dices, si es una de tus bromas detente, no me gustó para nada. -

El tono de Yumina se volvió seco, ¿Estaba enojada? Lamentablemente no puedo hacer nada para aliviar su enojo.

- Yumina, no soy quien crees, yo no te conozco, ni pertenezco a este lugar, no pienses que es una broma porque no lo es. Algo extraño ha ocurrido y he venido a parar… -

No pude terminar de explicar nada, ya que aquellas lágrimas en el rostro de Yumina me dejaron mudo. La chica no dijo nada, simplemente dio media vuelta y se fue corriendo.

Intenté alcanzarla, pero ella es muy rápida, ahora entiendo porque no usa tacones.

Me sentía muy mal, aún sin conocerla no soy quien para hacerla llorar. Fue tal y como dijo Taab, “Si ella te escucha quizás se ponga triste, ya sabes, es muy sentimental con esas cosas”.

Tal vez sea yo el equivocado, tal vez de verdad sea de este mundo, pero de ser así ¿Quién es Leivinia y por qué tengo tantos recuerdos de mi vida con ella?

No sé, estoy confundido, son mis recuerdos contra aquel sincero llanto de una chica que afirma conocerme, y de varios relatos de algunos locatarios de este campamento.

Caminé por unos minutos regresando de las cercanías del bosque, tenía que pasar nuevamente por el puente para llegar al campamento.

Necesito regresar, encontrar a Yumina y descifrar de una buena vez que es lo que está ocurriendo. Si alguien tiene la respuesta que busco, ya sea buena o mala, esa es Yumina.

Unas campanadas muy fuertes inundan el campamento. La gente corre en todas direcciones preocupada, entrando en sus hogares, cerrando todo, puertas y ventanas.

Los guardias y algunas otras personas se posicionan como si fueran militares listos para una misión. Un Lord Knigth se encuentra gritando órdenes a todos.

- Compañeros, las pinguiculas se aproximan para invadir nuevamente el campamento, ya saben qué hacer, así que a tomar posiciones, POR MIDGAR. -

La euforia es total, todas las personas se dividen hacia diferentes sectores. El puente que conecta al campamento con las montañas es cerrado, mientras que el que conecta al bosque se mantiene abierto sin custodia.

En mi curiosidad escalo uno de los muros, siendo testigo de una estampida de pequeñas niñas plantas, que jamás había visto, aproximándose por el puente. Son cientos de ellas, tan pequeñas pero tan rápidas ¿Serán las famosas pinguiculas?

Una vez que estas chicas entraron al campamento, se dispersaron por todas partes, atacando todo a su paso. Las tiendas de los militares son destrozadas una tras otra. Los puestos del comercio también. ¿Nadie piensa hacer algo para detenerlas?

A medida que avanzaban, se dispersaban más y más, y en los momentos que llegaban de a pocas hacia el centro del campamento, las personas contra atacaron.

Diferentes jobs luchando contra estas niñas plantas. Ahora lo entiendo, las enfrentan cuando están dispersas, ya que todas juntas pueden ser mortales. ¿Significa acaso que estas niñas son criaturas poco inteligentes?

Me bajo del muro y frente a mí se encuentra una de estas niñas con una mirada curiosa. ¿Esta chica es realmente peligrosa? Aquella duda no dejaba de darme vueltas en mi mente.

La pinguicula miraba para todos lados intentando despistarme, pero conozco ese truco, definitivamente soy su blanco de ataque. Tomo mi hacha y me pongo en guardia.

En respuesta a mis movimientos, la niña planta me ataca saltando contra mí. Ese movimiento me tomó por sorpresa, por lo que recibo un rasguño de sus uñas con forma de espinas de rosa en mi rostro.

La niña es rápida, pero yo lo soy más, conectando más de algún golpe no mortal en ella. De pronto comienzo a sentirme mareado, pierdo fuerza en mis piernas cayendo sin remedio al suelo.

¿Esto es veneno? Seguramente son secuelas del rasguño en mi rostro. Si bien el efecto se pasó relativamente rápido, dio el tiempo suficiente para que esta niña extendiera lianas de su pequeño cuerpo amarrando mis piernas con ellas.

Me tiene atrapado en el suelo, forzándome a luchar acostado, teniendo claramente la ventaja. El no conocer a mi oponente me ha dejado muy mal parado, que vergüenza.

Suelto mi hacha y comienzo a luchar a punta de combos, con tan poco movimiento, no dejaré espacios vacíos en mi defensa. Pero esta niña es fuerte, no puedo manejarla bien, sufriendo varios cortes nuevos, los que me van mareando poco a poco.

Para mi alivio, alguien ha golpeado fuertemente a la pinguicula en la cabeza, aturdiéndola por completo. El efecto del veneno ha pasado y las lianas ya no me atan con fuerza.

Me pongo de pie para agradecer a quien me haya salvado y para mi sorpresa no es nada más que Yumina, sosteniendo un Stunner en sus manos.
« Última modificación: 05 de Noviembre de 2015, 23:35:17 pm por Yumina »

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Re:Ragnarok, la Guerra Divina.
« Respuesta #9 en: 06 de Noviembre de 2015, 00:30:10 am »
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Re:Ragnarok, la Guerra Divina.
« Respuesta #10 en: 07 de Noviembre de 2015, 19:39:14 pm »
Prólogo: Ragnarok.

Parte 4.

- No te entrometas en esto, es muy peligroso para ti. -

La expresión fría de Yumina me dejó congelado, es como si ella fuera otra persona.

- Si quieres sernos útil, entonces toma a esa pinguicula y llévala al centro del campamento. Déjala junto al resto de estas criaturas y te advierto, no te atrevas a matar a ninguna de ellas. -

Yumina me dio una última mirada a los ojos, para luego correr en dirección contraria a la que me indicó.

Tomé a esta inconsciente niña planta y seguí las órdenes de mi supuesta amiga de la infancia, quien ahora me da la impresión que me trata como a un desconocido.

En el centro del campamento efectivamente encuentro una gran cantidad de estas criaturas, eran literalmente una montaña, apiladas unas sobre las otras.

Una vez cumplidas mis órdenes, mi sangre orgullosa hirvió. ¿Quién se cree que es Yumina para decirme que es peligroso para mí? Revisé la cantidad de Zeny que tenía, calculé cuanto necesito para sobrevivir unos días, quedando satisfecho con los resultados, podré usar mis mejores técnicas.

Preparé mi Hurricane Fury, saqué una Berserk potion de mi carro, destapándola para tomarla cuando comience la batalla, y me dirigí hacia los campos de batalla.

Pero lo que vi me dejó pasmado. Era como ver a un arcángel volando en batalla. Yumina derrotaba una pinguicula tras otra con sólo un golpe de su Stunner. Sus ágiles movimientos tanto en la tierra, como sus saltos, sus movimientos evasivos la hacían parecer que tuviera alas.

En mi vida me encontré con muchas HPs, pero jamás vi una que recurriera a su fuerza bruta, una battle priest.

Mi corazón se aceleró al verla, su fuerza, su velocidad, sus ojos concentrados en sus rivales. Parecía que esta HP conocía de memoria a sus enemigos, pudiendo luchar contra 2 incluso 3 de ellas al mismo tiempo, encontrando el momento justo para ir noqueándolas de un mazazo en la cabeza.

Las campanadas vuelven a sonar, los gritos eufóricos de victoria son escuchados por todo el campamento. Aquel Lord Knigth de antes se acerca a Yumina y le acaricia la cabeza gentilmente.

- Buen trabajo como siempre Yumina. -

- Comandante Agip, las pinguiculas están todas apiladas en las carretas, sólo queda que usted autorice la salida para entrar en el bosque Splendide. -

Un soldado apareció para reportar la situación.

- Buen trabajo, regresen a esas niñas a su hogar, es una orden. -

El comandante sacó del bolsillo de su pantalón una tarjeta y se la entregó al soldado. Con una despedida al estilo militar, el hombre se alejó, dejando a Agip y Yumina solos.

- Charles, ¿Qué te ocurrió? -

Agip me preguntó con un tono de clara decepción. Pero para ser sinceros, no entiendo a qué se refiere.

- Al parecer sufre de amnesia, lo mejor será no presionarlo. -

Yumina fue en mi ayuda, o eso quiero creer. ¿Amnesia? A mi gusto, fue una mentira de Yumina para que el comandante no siga con su interrogatorio.

- Entiendo, es una lástima, espero que se recupere luego. Los dejo entonces, tenemos mucho trabajo que hacer con Abidal. Nuevamente, muchas gracias Yumina por tu ayuda. -

El comandante se despidió de nosotros y se retiró hacia un gran edificio, entrando por las puertas, desapareciendo de nuestras vistas.

- Él es el comandante a cargo del campamento Midgard, Hibba Agip, se podría decir que es como una especie de alcalde para esta comunidad. -

Miré extrañado a Yumina, quien al ver mi reacción tomó mi mano y la apretó con fuerza.

- ¿Quién eres tú? -

Me preguntó con una mirada decidida.

Por instinto traté de zafarme, pero su agarre es demasiado fuerte, no puedo quitármela sin forcejear.

- Mi nombre es Charles Faber, vengo… -

- Mientes, tú no eres Charles Faber, él jamás sería vencido por una pinguicula, ni me desconocería. -

Sus palabras me confundieron aún más.

- ¿Eres un Doppelganger? -

- ¿Qué estás diciendo? -

Respondí alterado, que me confunda con ese asesino es una gran ofensa.

- Ya te lo dije, es mi nombre y no pertenezco a este lugar. No te conozco, mi mejor amiga se llama Leivinia… -

- Si no perteneces a este lugar, ¿Entonces qué haces aquí? -

El tono de Yumina cambió, parece estar enojada y a la vez lastimada, parece ser que nuevamente está triste.

- Es lo que traté de decirte hace poco, estaba luchando por el castillo Gondul en Prontera cuando… -

- ¿Prontera? ¿Eres del otro lado del portal? -

- A por favor Yumina, ¿Puedes dejar que termine? -

Yumina bajó la mirada un poco avergonzada.

- De todas formas, no eres Charles Faber, no pueden existir 2 Charles. -

- ¿A qué te refieres? -

Pregunté confundido.

Yumina metió su mano derecha por el cuello de su traje de HP, sacando un bello colgante de plata con forma de corazón. Dentro había una foto. Simplemente no podía creer lo que veía.

Era yo de niño, puedo reconocerme, definitivamente soy yo, y a mi lado una versión joven de Yumina, ambos sonriendo, con nuestros rostros apegados.

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Re:Ragnarok, la Guerra Divina.
« Respuesta #11 en: 07 de Noviembre de 2015, 21:33:48 pm »
Deberías postear 2 continuaciones que ayer no subiste una y me quedé con las ganas, pero valió la pena la espera quedé intrigado para la próxima

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Re:Ragnarok, la Guerra Divina.
« Respuesta #12 en: 07 de Noviembre de 2015, 21:39:28 pm »
Esta muy interesante, sube lo mas rapido que puedas que tengo mono D:
Spoiler for Hidden:


¿Que harías tu si te encontraras una ghostring tirada en BG? XD

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Re:Ragnarok, la Guerra Divina.
« Respuesta #13 en: 07 de Noviembre de 2015, 23:50:04 pm »
Gracias por los comentarios de apoyo, ahora me gustaría pedirles un favor.

Di Stéfano, ¿Recuerdas que te dije que quería hacerte una proposición cuando acabara el prólogo? Pues me arrepiento, prefiero hacerla ahora.

Necesito introducir nuevos personajes para la siguiente parte, y en general para toda la historia, y si algo me retrasa por ser mala en ello, es en inventar nombres nuevos. Por lo que les propongo a todos los que llegaran hasta esta parte de la historia, el permitirles participar de ella, siendo uno de mis personajes (al fin y al cabo el Ragnarok es el final del juego, no sería nada descabellado que todo el server participara).

De estar de acuerdo, necesitaria:

1. Su nombre del PJ (en lo posible que no sean pjs con nombres ilógicos, como "Mis Ventas", "Al Suelo", "Te Peto", etc.).
2. Su Job.
3. Los colores de su ropa y estilo de peinado.
4. Alguna rápida descripción de tipo de personalidad o frase que usen mucho (esto es opcional, de todas formas, muchos personajes los tengo pensados, sólo me faltaría el nombre).

Dependiendo del job que sean, los iré encajando en la historia.

Sólo para que se den una idea, el único nombre inventado en esta historia es Charles Faber, el resto son npc o mis propias pjs, como Leivinia, Neptunia y Yumina.

Me aliviaran bastante el trabajo y sería interesante, creo yo, pero les advierto, les puede tocar ser ayudantes del protagonista, antagonistas, puede que sufran alguna muerte en medio de la historia o lleguen hasta el final.

¿Qué opinan, les gusta la idea?

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Re:Ragnarok, la Guerra Divina.
« Respuesta #14 en: 08 de Noviembre de 2015, 01:09:17 am »
Por mi está bien, dentro de un rato te paso lo que pides ^^