Yo.
Rebelde, discutida, odiada, roñosa, llena de energía, cargada de frustración, efímera, repentina, instintiva, espontánea, borracha de angustia, peleadora, sensible, sincera hasta quedarse sin voz de tanto gritar sus honestos ideales, triste, cansada de correr contra la corriente y excitada a seguir por los problemas, vulgar, oculta, con los ojos llenos de lágrimas, chocante, impulsiva, esperando cambiar lo inexorable, ahogada en la utopía, con la ansiedad de un niño, orgullosa, noctámbula, eternamente adolescente, despiadada, podrida, confundida, sacada de contexto, antiestética, aburrida de la monotonía del planeta; con las esperanzas mutiladas, con la memoria intacta, con la mirada fija en su objetivo inalcanzable, embarazada de culpas invisibles, con el autoestima sudando gotas frías, con el alma perseverante, y el corazón diluído en las notas distorsionadas.