Sea pues, que las estrellas iluminen vuestros sueños con la esperanza de volver a pisar la tierra que nos dio la vida, camaradas reconstruiremos el camino a la capital con nuestras propias huellas y nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos sabrán que la víspera del día de Saturno unos cuantos hombres valientes comenzaron a cultivar ampollas en las plantas de los pies por el futuro de su patria, ¡larga vida a Sinclis!