Para cuándo el siguiente capitulo (?
Para hoy...
Bien pues servidos, me retiro a mi cueva, nos vemos en 3 años...
No fueron tres años, solo como año y medio aproximadamente...
Y pues no tengo mucho que decir, solo que si hay alguien interesada aún en la historia pienso seguirla, ya tengo preparado algo para no dejar tanto tiempo, se que siempre digo eso. Para aquellos que quieran leerla sin tener que pasar por todos los post les dejo aquí un
LINK para que se descarguen la historia completa hasta este capitulo.
Y de igual forma, y sin mas que agregar, les dejo el capitulo
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Capítulo XXXII: Parece ser que tienes razón, no veo otra formaEsa mañana, al despertarse Lancelot noto algo extraño, no se escuchaba el característico rumor de la gente, es más, todo se encontraba en completo silencio, al salir de la posada e ir al centro de Prontera se dio cuenta del porqué, la ciudad se encontraba completamente vacía, solo estaban un par de guardias. Se acercó a preguntarles qué era lo que pasaba, lo único que le dijeron fue que desde muy temprano muchos se habían ido de la ciudad con rumbo hacia el sur, mas no sabían el porqué de esto, por lo cual decidió ir hacia la Iglesia de Prontera, el único lugar donde tal vez podría obtener respuestas.
Al llegar se encontró con algo aún mas extraño para él, Luz no estaba en su lugar, nunca había visto ese escritorio vacio, ¿qué podría estar pasando? Afortunadamente para Lancelot las respuestas no tardarían en llegar, de un segundo a otro paso corriendo Luz, ni siquiera se dio cuenta de que el bardo se encontraba en la recepción, por lo que este decidió seguirla.
- Oye Luz, espera, detente
- No puede ser, que haces aquí – Le contesto con una expresión que demostraba sorpresa
- Te vi corriendo bastante desesperada, y decidí seguirte para que ver que sucedía.
- Lo siento no puedo decirte nada.
- ¿Cómo? ¿Por qué?
- El Cardenal me lo ha prohibido, asi que vete y no hagas mas preguntas
- No lo entiendo, ¿por qué no quiere el Cardenal que me entere? ¿Tiene algo que ver con el que no hay gente en Prontera?
- No puedo decir na…
- Aquí estas, por fin te encontramos – Se escuchó una voz desde un pasillo cerca de donde se encontraban – que es tan importante como para que nos levantes tan temprano
- Hola todos – Saludo el bardo al ver que Hagen, que fue quien hablo, no venía solo le acompañaban Agaku y Dunz – que gusto verlos
- Hola Lancelot – le contesto Dunz – parece que también a ti te levantaron, ¿sabes por qué?
- No tengo la mas mínima idea de que esta pasando y Luz no me quiere decir nada
- Es que no puedo, son órdenes del Cardenal
- Venga Luz, qué sentido tiene que nos expliques la situación a nosotros pero a Lancelot no – Le dijo Hagen acercándose a ella - sabes que en cuanto te vayas iremos con él a contarle todo.
- Tampoco ustedes pueden decirle nada
- Are are – dijo Agaku – Imagino que también lo Ordeno el Cardenal. Pero igual imagino que no tenemos prohibido hablar del tema, y que casualmente Lancelot escuche sobre ello
- Parece que me dejan sin otra opción, así que esta bien les contare a todos, solo tenemos que esperar a Dafne, parce que allí viene
- Hola a todos, que tal – Saludo la monk al llegar al lugar
- Ok, ya que están todos les contare. Hay una gran amenaza asechando nuestro mundo, es por eso que prácticamente todos los guerreros se han ido a combatirla
- ¿Entonces nuestra misión es ir a apoyar? – Pregunto Dunz
- No exactamente, lo que tienen que hacer es quedarse aquí.
- Ok, solo no termino no de entender porque es que no se me quería decir eso – Dijo Lancelot algo enojado
- La verdad es que no lo sé, solo era una indicación que dejo el Cardenal, yo creo que fue para prevenir que fueras a Morrocc y corrieras peligro.
- Pues si fue por eso, tenía razón en creer que pasaría – dijo al tiempo que se daba media vuelta y empezaba a avanzar en dirección a la entrada – Nos vemos luego, ya les platicare como me fue
-Ey! Espera – grito alguien a la espalda del bardo
- No, no me detendrán esta vez, llevo bastante tiempo esperando tener algo de acción
- Lo que queremos no es detenerte, te vamos a acompañar – Menciono alguien mas. Al voltear vio a Hagen y a Dunz a un par de pasos
- Es muy peligroso que vayas tu solo. Además de que el Cardenal nos mataría si algo te pasa y no hicimos nada por evitarlo.
Y así salieron los tres bardo, monje y sacerdote, rumbo a una aventura que para ellos era casi por completo desconocida, y quizá si en ese momento alguien les hubiera dicho lo que les deparaba ese viaje se lo hubieran pensado 2 veces antes de decidir partir.
Mientras tanto, en una habitación casi a oscuras, dentro de la Cofradía de Asesinos dos personas sostenían una conversación pendiente desde mucho tiempo atrás, y que el destino les obligo a tener en un momento tan crítico.
- Parece ser que tienes razón, no veo otra forma – decía un asesino, sentado frente a una pequeña mesa que estaba contra la pared, mientras dejaba un pequeño libro a su lado – se tiene que hacer
- Lo sé, crees que estaría aquí si hubiera otra opción - le contesto una voz desde las sombras
- Lo entiendo, solo que me gustaría que no fuese así
- Si, pero ambos sabemos perfectamente que solo un Sealgaire puede realizar el sello, e igualmente sabemos que Váli nunca se sacrificaría
- Pues no queda más que decir, se tiene que hacer, solo espero que sea lo suficientemente fuerte como para encerrar a la bestia el tiempo necesario…
En ese momento alguien toco la puerta
- Superlink, el maestro ha solicitado tu presencia - dijo quien había tocado
- Claro, no hay problema, en un momento voy - respondió desde donde se encontraba
- Bueno, pues parce que esa es mi señal para retirarme - comento esta figura misteriosa que seguía sin salir de las sombras
- Si, pero antes quisiera pedirte algo, ve a la enfermería y lleva esto con Naphok - Superlink puso una caja pequeña en aquella mesa, sobre esta el libro que sostenía momentos antes, y un pequeño sobre que tenía un extraño sello en el
- Claro, es lo menos que puedo hacer…