Capítulo 32: Casi listo
- Muy bien, ya me asustaste. Bromeas ¿Cierto?
- Eso quisieras. No, hablo en serio, te explicaré luego.
Eremes guio a Raise subiendo una duna, bajaron cuidadosamente y se ocultaron en un pequeño montículo. Una vez ahí, el Cross empezó a exponer.
- ¿Ves a esos cactus con vida? Se llaman muka y segregan una sustancia líquida que adormece los músculos a quien lo bebe, extrañamente, los lobos que lo consumieron no sufrieron efecto alguno, es más, su carne se hizo suave y sabrosa.
- ¿Quieres decir que ti has comido uno de esos?
- Por eso es la lección de supervivencia. Hace muchos años, bebí de ese suero, quedé tendido en la arena durante casi dos días, afortunadamente, no era época de mucho sol, pero cuando pude recuperar el movimiento tenía mucha hambre, no tuve opción y tampoco negaré que estuvo delicioso. Más tarde regresé y descubrí lo que te había mencionado.
- Entonces ¿Cuál es el plan?
- Tú irás y los matas mientras voy a conseguir espinas de muka.
- ¿Para qué espinas de muka? y ¿Por qué debo ir solo?
- En las espinas se concentra la mayor cantidad del líquido, combinándolos con otra cosas fabriqué un potente veneno. Vas solo porque es tu entrenamiento y debes obedecerme, no te queda otra.
"Algo me dice que recordaré esto siempre" refunfuñaba el Crusader. Su mente aún divagaba sobre Cecil y lo que le pudo haber pasado, aunque fuera una corazonada él sentía que algo había ocurrido. Sabía que tenía que ayudarla, sin embargo, suponía que así sería más eficaz cuando vaya a socorrerla, de esta manera, tenía que esperar a que no sea demasiado tarde, una incertidumbre que se sofocó cuando vió que una manada se dirigía hacia él.
Se quitó el vendaje del brazo, y, armado, asumió posición de ataque, dio la iniciativa con un golpe con la parte ancha de su espada en el lomo de la bestia, dejándola fuera de combate, volteó, tomó con su mano el hocico del siguiente, como un bozal, y lo usó como escudo ante las embestidas del resto, los cuaes fueron cayendo ante un inspirado guerrero, con ansias de cobrársela con cierto ente maligno.
Le costó trabajo pero logró traer a tres, dos en sus hombros y llevaba al tercero arrastrándolo por la cola, fue al punto que Eremes le había indicado para reunirse. Él estaba sentado, vio que Raise se acercaba y se sorprendió por el "botín" traído. Examinó cuidadosamente los cuerpos, increpando el porqué los había dejado vivos.
- En fin, ya no importa, me encargaré de ellos. Volvamos a la pirámide para cocinaros.
- ¿Te fue bien?
- Seh, terminé en cinco minutos.
"Maldito presumido" se dijo, mientras miraba al sol en lo alto, era mediodía.
- Cuidado con lo que piensas.
Un almuerzo muy inusual y... muy tarde, ya que se suponía que ese iba a ser el desayuno. Fuera de lo común, Eremes trajo en dos platos la carne, que humeaba un exquisito aroma. Buen provecho se desearon mutuamente.
- Come rápidoque en los días que te quedan practicarás la última lección: Ser sigiloso es la clave del asesinato.
Fin Capítulo 32
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