UN GRAN FUTURO:
-Venga chica, disimula, todo está perfecto no ha habido ningún contratiempo ha sido todo muy fácil, no te ha visto nadie, sonríe, sonríe, ¡SONRIE!- Se decía a sí misma.
En esos momentos se disponía a abrir la oxidada puerta del pasadizo de las Pirámides. Estaba tan nerviosa, que aun que había vivido allí toda la vida se había perdido tres veces; ella lo achacaba a que llevaba meses en Geffen, para darse un voto de confianza, pero en realidad en esos momentos había múltiples cosas por las que preocuparse.
Aun que parezca mentira, Sewyn tenía demasiadas inseguridades, normalmente tontas y también ocasionalmente todas salidas de su paranoica mente.
-¿Llevaré 25 setas?- Las contaba, -Si, vale, mmm ¿No se me habrá caído ahora alguna con el recuento? –Volvía a contar, -Mierda, la mano...tengo una herida, ¿Qué digo? Si digo que me lo he hecho con el cuchillo seré el hazmerreir de mis amigos, si digo que me lo ha hecho el loco ese con sus endemoniadas flechitas… habré hablado con un desconocido y se me tiraran todos encima… - Sus preocupaciones la paralizaban -Esta bien, soy Sewyn, soy peor que un Goat, es demasiado normal que siempre tenga algún rasguño- Al fin consiguió tranquilizarse.
Ajenos a los pensamientos de Sewyn, en esos instantes, Servant discutía con Phil ardientemente, normalmente no solía dejarse llevar por su rabia, ni por la que sentía hacia Phil ni por nadie. Aun así, no era la primera vez, que se le veía discutiendo de este modo con él; normalmente, estaban de acuerdo, no en vano Servant era su mano derecha, pero había un tema para Servant intocable, Sewyn.
Era una mezcla entre admiración, pasión y sobretodo miedo lo que sentía aquel hombre hacia su hija; normalmente por su poca importancia a demostrárselo era ignorado por ella, si, el reconocía que era demasiado protector, también sabía que ella podía valerse sola desde muy corta edad, pero Phil… él, por su carácter, no le traía nada bueno a su hija.
Y eran ciertas esas suposiciones que Servant tenía cuando meses atrás Phil despertaba a Sewyn sin que su padre se enterara.
-Levántate Sewyn, vamos a desayunar- Dijo jocosamente
El clan estaba unido por tradición, y sobre todo para ayudarse unos y otros mutuamente, como es natural, todos los clanes son liderados por una persona, la cual pone sus reglas que si son desobedecidas traen las consecuencias que a ellos les apetece. El clan de los ladrones, fue fundado por un antepasado de Phil, siempre se ha rumoreado que esa familia vale para mandar, por ahora ha sido cierto siempre, pero aun que a Phil se le diera bien dirigir un clan se le notaban ciertos gestos egoístas que no había más remedio que tolerar.
Eran ladrones, se sabía que lo eran a simple vista por sus rasgos, morenos de piel, pelo enmarañado y más bien claro a cuenta del sol, los ojos de un suave tono pardo y solo por la apariencia ya eran renegados en todos los lares. Por tanto, solo tenían un medio para vivir, robar y compartirlo entre ellos por muy poco que fuera. Pues ese no era el caso de Phil, hay que reconocerlo, era un gran ladrón, de los mejores, pero todos sus robos acababan en el mismo sitio, en su mesa, es así que cuando los demás pasaban hambre, el yacía plácidamente durmiendo en su alcoba.
Supongo que ese mismo banquete diario y la gula heredada de cualquier ladrón, fue lo que Sewyn no tuviera ningún tipo de impedimento para ir a desayunar con él.
Todo era tan perfecto como ella se imaginaba, una mesa rectangular llena de manjares, manzanas, leche, huevos de peco, uvas, miel y muchas más cosas que parecían apetecibles pero por su desconocimiento sobre ellas no pensaba probar.
-Come tranquila- le dijo amablemente.
Sin pudor ninguno, Sewyn aparto su plato y ni rozó los cubiertos, cogió un tarro de miel y metió su mano.
-¿Esta rica eh? El otro día aplaste el poring de un arquero mientras compraba, y recogí 200, está exquisita.
Ya estaba pegando el último sorbo de esa miel cuando empezó a atender a las palabras del cruel ladrón, con una mezcla de asombro y terror. Estaba asustada, no tenía conocimiento de haber cometido algún error para que Phil le reuniera.
-¡Oh! ¿No te habré asustado verdad pequeña?- Dijo preocupado – Al fin y al cabo, es algo que cuando empieces tu viaje tendrás que hacer, tarde o temprano, pero no te preocupes, no es tan terrible y bichos hay muchos- Concluyo.
La niña se quedo un rato pensativa, ya no probaba manjar, le había quitado el hambre tener que pensar que pronto tendría que empezar a forjarse su vida.
-Tienes razón-Dijo ella, -Además, no hay más remedio que hacerlo, seré una gran ladrona no te preocupes-
El andrajoso ladrón estalló a carcajadas
-Sí, lo serás, por eso te he llamado Sew- le dijo cariñosamente –Últimamente tu padre está preocupado porque su niñita tiene que empezar su camino, yo ya le he dicho que no sea tan exagerado… - empezó a mirar hacia arriba pensativo, - Cree que no serás capaz, te ve muy débil- .
Estas palabras le dolieron más que a nada a Sewyn, no tenía el menor conocimiento de haber defraudado tanto a su padre. Phil, viendo el ceño de la cría, hizo un intento de seguir hablándole.
-Yo no tengo hijos, solo un hermano que renegó de esta vida como hacen muchos otros, pero supongo que su intranquilidad es comprensible, ¿No? , Y más siendo una mujer- dijo con recochineo.
-Phil- Corto en seco la niña, -Sé que hay que tenerte respeto, pero si continuas… no tendré ningún problema en enseñarte lo que puede hacer una fémina- Dijo enfadada.
Phil no se sorprendió, saco su carcajada nerviosa y objetó
-Tranquila, que carácter, yo solo te transmito lo que tu padre me cuenta, yo sé perfectamente que puedes con todo eso y más, por eso te he llamado- la miro fijamente – tienes futuro Sewyn, mucho futuro y mucho potencial-
-Puede que sí- Afirmo ella.
-Es por eso, por demostrárselo a tu padre y por que puedas ayudarnos que tengo un futuro diferente para ti- Sonrió.
Las voces desquiciadas de Servant, no servían para que Phil dejara de pensar en cómo meses atrás, había engatusado a la niña para llevar a cabo su plan. Estaba ansioso de mover su nuevo peón, y ver como trascurrían las cosas.
De pronto, una gélida brisa lo saco de su nube. –Para Servant, no estamos solos- le dijo.
Una sombra salió de la oscuridad, era un hombre, moreno como ellos pero diferente, otras ropas lo cubrían y su voz traspasaba un trapo roto con el que se tapaba la boca.
Phil parecía a punto de estallar de enfado.
-¡Naith! ¿Qué haces aquí? Este ya no es tu sitio, ESTUPIDO ASESINO ME VAS A MATAR A DISGUSTOS.- Grito acalorado.
Sin embargo, ni el asesino ni Servant se inmutaron, ya era costumbre que Phil se cogiera tales pataletas al ver a su hermano.
-Venga Phil, deja hablar al chico ¿Eh?- le reclamó Servant.
El asesino se sentó lúgubremente, parecía como si tuviera la peor noticia del mundo.
-Todos sabemos de la situación de Morroc, cada día hay más soldados buscando e intentando destruir a nuestros clanes, es por eso por lo que hace tiempo decidimos unirnos, ladrones y asesinos.- Descanso para seguir hablando -Pues bien, como los asesinos otra cosa no.. Pero palabra tenemos mucha, os dimos nuestra palabra de protegeros y vosotros nos disteis la vuestra de no delatarnos- les recordó.
Los dos ladrones no sabían que opinar, ¿A qué venía todo esto?.
-Bueno hermano- Dijo Phil –Sabemos perfectamente las condiciones del trato, si no tienes nada más que decir… - intento despedirse.
-Entonces, zoquete- dijo frunciendo el ceño, -He venido por protegeros y por protegerme. ¿Servant, me puedes decir que narices hacía tu hija hablando hace media hora con un francotirador?- no pudo concluir ya que en ese mismo momento alguien aparecía en la puerta.
-Señores, Sewyn ha llegado sana y salva de su prueba- Dijo una ladrona sonriente.