El hermoso día golpeaba en la mayor parte de las ciudades, como era de costumbre todos los hombres y mujeres estaban preparados para lo peor, siempre atentos y armados por cualquier acontecimiento que ocurriera. El Clero que fue el mayor poder sobre el mundo ahora compartía esa responsabilidad con las demás Guilds, Blanca, Roja, Azul y finalmente la negra. En cada cuidad estaban ubicados estrategicamente distintas clases de trabajos, para una mayor eficiencia. En las ciudades cabalgaban los caballeros en sus Peco-peco, los assassin ocultos en la oscuridad, los snipers vigilando en la distancia listo para poner sus flechas en la cabeza de alguna amenaza, los magos estudiaban toda la magia que se les era posible, así se pasaron tres años, la paz reino en ese tiempo pero al costo de la incertidumbre, el miedo y la inseguridad de no saber con lo que se enfrentarían. Pero el fin de los días estaba pronto y aunque todos sabia que seria a la brevedad, algo hizo que se alarmaran todos y una corazonada los dio de pronto en el pecho, que les decía que muy pronto todo se desataría. El fin de los días había llegado......
-Los preparativos están listos.- Dijo Mephisto ansioso.
-El ejercito esta listo, armados y ansiosos por la batalla, mi señora.- Dijo Belzebub con voz tranquila y serena.
-Excelente!.- Respondió Génesis.
-Mi señora el sello de Nameless esta terminado?.- Pregunto Satán, pero mas que una pregunta fue una confirmación.
-Así es mi querido amigo, tan solo debo romperlo en el instante que estemos todos preparados.- Respondió Génesis segura de sus palabras.
-Bien.- Dijo Belzebub y se dirigió hacia Fallen Bishop, que lo miraba con atención. Mi buen amigo tu te quedas a cuidar nuestro reino que por tantos años fue nuestro hogar, no quiero que te veas involucrado en este asunto, ademas tampoco quiero que los humanos pisen este lugar sin que alguien les oponga alguna resistencia.- Lo dijo con su siempre voz serena y una sonrisa en la boca.
-Mi señor deje acompañarlo, yo daré mi vida si la suya esta en peligro, el viejo Fallen puede ser de ayuda a mi señor.- Respondió con una voz ronca y casi pidiendo plegaria.
-No dudo que seras de ayuda y también se que darías tu vida por la mía, pero ya te he dado una orden, mi viejo amigo cuida nuestra casa, ademas yo no moriré en manos de humanos, después de todo fui yo quien destruyo este templo entero lleno de sacerdotes.- Dijo Belzebub tocándole el hombre.
-Si mi Señor, cumpliré con su orden.- Respondió Fallen Bishop.
-Que destruiste un templo?, ja! yo destruí Morroc entero sino recuerdo mal.- Dijo Satán mofándose. Incluso me dieron el apellido de la ciudad "Satán Morroc".- Y se puso a reír.
-Pero yo no entre en el estado demoníaco para hacer esa hazaña como lo hiciste tu, ademas a mi me sellaron en la cuidad en cambio a ti te sellaron en cuerpo y carne, no es así mi querido "Satán Morroc".- Ahora Belzebub era el que mofaba.
El ambiente se volvió denso, Mephisto se puso algo tenso no sabia se estaban bromeando o hablaban en serio, Génesis simplemente los ignoro. Los dos ángeles se observaron fijamente a los ojos del otro, luego de eso se largaron a reír.
-Siempre te sales con la tuya Belzebub.-Finalmente dijo Satán. Belzebub simplemente sonrió amablemente.
-Bueno vasta de estupideces, ya es hora.- Dijo Génesis con una sonrisa que le llegaba hasta las orejas.
Génesis movió sus manos y se quedo quieta ni un musculo se le movía, así permaneció por mas de una hora y de pronto en el silencio que todos habían creado en la espera de su princesa, observaron como una gran esfera de color blanca crecía mas y mas en las manos de ella. La luz era cegadora, aunque los ángeles podían soportar la luz, las Banshee, Necromancer y Zombies en general tuvieron que taparse los ojos para no quedar ciegos con la intensa luz. Cuando la esfera estuvo en su punto máximo, Génesis la lanzo contra la nada mismo, a una velocidad enorme golpeo el cielo y esta exploto desapareciendo de la vista de todos. En los próximo minutos nada mas ocurrió, aun que los ángeles confiaban en su princesa estaban nerviosos y no podían hablar por la espera y el silencio que había los torturaba aun mas. De pronto en el cielo afloro una grieta que avanzaba cada vez mas como si estuvieran en una enorme cúpula de vidrio esta se quebró y los trozos de cristales cayeron y desaparecieron antes de que pudieran golpear el suelo, el sello de Nameless que Brillit había creado se había roto, y ahora eran libres de salir de aquella destruida cuidad. Las calaveras de fuego bailaban entre si y los perros demoníacos llamados Hell-Pooble jugueteaban entre ellos, todos festejaron el milagro de Génesis.
-No es momento de festejar, la verdadera batalla esta apunto de empezar.- Dijo Génesis con la misma sonrisa de hace un rato. La princesa abrió demasiados portales como para poder contarlos.
-Cuando les de mi orden, la guerra comenzara.- Volvió a hablar Génesis.
De una forma o otra podían escuchar la voz de su princesa dentro de sus cabezas, ella no movía su boca, y sus ángeles se percataron que estaba hablando mentalmente y no tan solo a ellos sino a mundo entero.
-Humanos, quienes nos despojaron de nuestro lugar, el día de hoy serán bañados por una lluvia de sangre, vuestra insolencia sera castigada con sus muertes, han hecho lo imposible para retener lo que por derecho nos pertenece "la verdad de la vida y de nuestra existencia", nos han despojado de nuestro señor Lucipher, han hurtado y escondido el sagrado cuerpo de mi Padre, no tienen perdón alguno, no tendremos misericordia, que comience el fin de los días.- Termino diciendo Génesis. Dio la señal con la mano y el ejercito entro dispuesto a la guerra y a un destino desconocido.
El mundo entero se quedo con la sangre helada y sin habla, pero el mensaje fue claro el ejercito de Génesis estaba dispuesto a atacarlos, hicieron sus miedos a un lado y el valor les corrió por la venas, estuvieron preparados los tres años lo estaban ahora.
-Veo que la guerra ha comenzado, pensé que este día nunca llegaría.- Dijo Maria tristemente.
-Ya es tarde para lamentarse, es hora de ponerse en acción.- Respondió Black.
Luego de eso como si el tiempo se detuviera permanecieron callados por largos minutos. El templo de Yuno era un lugar increíblemente hermosa y por supuesto era la ultima cuidad voladora, ya que Gonryun quedo totalmente destrozada y sumergida en el mar.
-No hay tiempo para reflexionar en estos minutos, iré a la cuidad que me otorgaron como acordamos.- Dijo Reiyei.
-Es hora que Génesis y sus lacayos caigan. Ustedes han esta a mi lado siempre, os bendigo en nombre de Dios, mis queridos amigos es ya es hora de ponerse en acción.- Dijo Brillit levantándose de su asiento.
-Cuida bien el santuario de Yuno Brillit, si tu fracasas todo habrá terminado para nosotros.- Dijo Black, y los tres lideres de las Guilds se dieron media vuelta a disponer de su plan.
Pero algo los detuvo en seco, un sacerdote entro con la cara descompuesta y muy afligido.
Que ocurre, tienes información que brindarme?.- Pregunto el Papa Preocupado. El Sacerdote recobro el aliento y finalmente hablo.
-Sumo pontífice horribles noticias les traigo.- Dijo el Hombrecito.
-Habla de una buena vez, que me tienes los nervios de punta.- Dijo algo exaltado el Papa.
-La Cuidad de Cómodo y Umbala han sido tomadas por el enemigo.- Finalmente dijo el Sacerdote.
-Y los guerreros que ahí estaban defendiendo esas ciudades?.- Pregunto Maria con los ojos abiertos completamente.
Pero no hubo respuesta del hombrecito, era claro que había ocurrido.
-No hay tiempo que perder, vamos Reiyei, Maria nuestra gente nos necesitan.- Dijo Black y desaparecieron los tres por la enorme puerta del templo.
El tiempo paso sin que nadie se percatara y aunque los humanos oponían resistencia el ejercito de Génesis no daba tregua. En tan solo pocos días ya se habían hecho con Umbala, Cómodo, Morroc, Payon, Alberta y Venis, el poder de los Ángeles era abrumador y los humanos estaban perdiendo la batalla mas importante de sus vidas
Protejan la entrada no les permitan la entrada a la cuidad!!!!.- Gritaba y ordenaba Maria.
Ella sabia que después que Venis había caído, Rachel seria la siguiente cuidad. El sonido de la Guerra había comenzado y comprendió de inmediato que el ejercito de los Ángeles había logrado entrar. Puso una mano en su boca, y silbo, un enorme Dragón de color verde y acorazado apareció de la nada corriendo a toda velocidad, Maria se dispuso a montarlo, pero se detuvo de golpe y se quedo mirando al hombre de armadura negra que la observaba.
-Satán!.- Fue lo que alcanzo a pronunciar Maria, el miedo se apodero de ella.
-Veo que soy famoso en estos lugares, de todas formas no hay tiempo, esta cuidad nos pertenece.- Dijo Satán fríamente.
-No hasta que no acabes con todos nosotros, Yo Maria la Rune Knight, juro por Dios que te derrotare.- La sangre le hervía por dentro y la fuerza y el valor regresaron.
La batalla en la cuidad de Prontera había comenzado. Mephisto mataba sin misericordia al hombre o mujer que podía visualizar con sus flechas veloces, certeras y mortales. De la nada misma apareció un hombre completamente de negro, las katares que el sostenía lograron darle en el cuello y hacerle una herida poco profunda. Pero no tardo mucho en que esta se cerrara y Mephisto quedara sano y sin corte alguno.
-Así que lo que me han contado es cierto, no sufres heridas.- Dijo Black que había emergido desde la oscuridad, clásico de un Guillotine Croz.
-Debo de reconocer que me has sorprendido, pero como ves mis heridas cierran al instante.- Respondió Mephisto, aun con la adrenalina en la sangre por la grata sorpresa que le había dado aquel hombre.
-Veo que lo de las heridas es cierto, de todos modos ya me habían comentado tus habilidades, Rufras se encargo de eso.- Dijo Black.
-Rufras?.- Dijo Mephisto y puso una mano en su mentón como intentando recordar aquel nombre.
-Ya recordé, el hombre guapo y apuesto que trabaja para Brillit, pero al parecer me tendré que conformar contigo. Apropósito te han dicho que tienes unos ojos lindos?.- Dijo Mephisto sonriendo y cerrándole un ojo a Black.
-Mi lord el enemigo ya se encuentra en la cuidad.- Dijo un hight Wizards.
-Creo que has dado esa información demasiado tarde, aprendiz de magia.- Dijo Belzebub.
-Reúnete con los demás de este ser me encargare yo.- Ordeno Reiyei.
-Pero que confianza te tienes, espero que en batalla puedas hacerla durar.- Dijo Belzebub tranquilamente.
-No te permitiré que sigas matando mas gente Ángel caído.- Dijo Reiyei seriamente.
-Si nos entregaran el cuerpo de nuestro señor todo seria mas fácil, ademas no te parece irónico que dos magos se enfrenten en la antigua cuidad de la magia, Geffen.- Dijo Belzebub.
Continuara.......