Venid y acercáos, mi nombre es Casius, y lo que agito en mi mano derecha mientras apoyo una pierna encima de la otra es una copa llena de sangre fresca. Os contaré mi vida y después, mi no-vida. Todo empezaría en Rune Midgard.
Mi madre me dijo que cuando nací era hermoso, muy hermoso. A la luz de la agraciada Luna nací, en un lago, el agua hizo que abriera automáticamente la boca para gritar, pero... No gritaba porque me ahogaba, algo más me estaba atormentando, mi hermano gemelo que tenía su mano apretándome una oreja.
Mi madre nos apartó, y nuestro padre, que era pescador, nos cortó el cordón con un hacha oxidada. Loco y necio era, pero no elegí ser su hijo.
Tras el nacimiento, nos limpiaron encima de una bote maloliente donde mi hermano no para de atormentarme con golpes aunque débiles me dolían y hacían gritar cada vez más y más, algo que a mi padre no le gustaba para nada.
Mi madre, que en paz descanse, fue en busca de un gran sabio en esa zona... Raknari Rain. Tras entrar mi madre con mi hermano en brazos y conmigo en una cesta Raknari se sobresaltó diciendo:
"Uno de tus hijos está maldito" - escupió en el suelo como se creía en la antigüedad para evadir estúpidas maldiciones - "Pero el otro es el ser contrario... ¿Cómo se llaman?"
"Ambos se llaman Casius" - dijo mi madre.
"¿Y cómo los distingue si son gemelos y se llaman igual?" - Comentó Raknari.
"Bueno... Uno es más violento que el otro ¿puede ser este mi hijo maldito?" - Respondió mi madre - "Llamaré al violento Virgilio y Casius al manso entonces para diferenciarles algo de mayor"
Aún recuerdo mientras sostenía la mano del viejo Raknari ya siendo adolescente, desangrándose gracias a mi, liberándolo de su ineptitud y vida.
"Sí... ¡Sí! ¡Es ese!" - Volvió a escupir en el suelo - "Llévatelo de aquí antes de que me enferme, pero no sin antes saber una cosa. Uno de ellos, el maldito, se convertirá en un... en un..." - Susurró entonces, pero, no os voy a aguar la fiesta, seguid escuchando mi historia y lo sabréis. - "Y en cambio el otro, será más bondadoso que un Grandísimo Sacerdote"
Mi madre escandalizada salió corriendo a la Iglesia, para que le dieran consejo.
"¡Padre! ¡Padre!" - Gritaba mientras de una patada abría la puerta de la Iglesia en medio de una misa - "¡El gran sabio Raknari dice que uno de mis hijos está maldito por la marca de un!" - Tampoco voy a terminar, tiene gracia omitir ciertas partes ¿verdad?
Todos los plebeyos corrían y gritaban, pero un monje dijo - "¡Eso solo son leyendas! ¡No existe ningún ser así ahora, se extinguieron!"
Pero un sacerdote dijo - "Yo... Los convertiré en un gran sacerdote a ambos, y veréis que eso solo son paparruchas... Raknari es solo un viejo loco."
Raknari no solo era un viejo loco, de vez en cuando, acertaba. Puaj, su sangre era repugnante.
Y así fue, durante unos años hasta que pude crecer y tener 8 años y madre me explicó todo. No pude creer lo que oía, pero me alegró esa mierda del sacerdote.
Salí de casa para ir a la Iglesia como todas las noches para aprender, mientras caminaba, notaba 3 miradas en mí. Algo me golpeó la cabeza e hizo que me detuviera - "¿Una manzana? Auch..." - Dije a mí mismo. Me dí la vuelta y para mi sorpresa, era mi hermano Virgilio, con una larga melena rubia y un traje rojo, yo en cambio, iba de blanco y azul.
"Virgilio, tienes que venir conmigo, no debes de dejar las clases con el señor Hector." - Le grité, aún notaba 2 miradas en mí, pero una de ellas se alejó al chico, siendo los dos observados.
"Estoy siendo entrenado para poder ganarme la vida ¡Mirame! Soy un pícaro" - Dijo mientras reía Virgilio.
"¡Tú verás! Pero el señor Hector me está contando cosas maravillosas sobre Freya"
Sí... Maravillosas.
"¡Jajajaja! ¡Eres un idiota! Solo los idiotas se tragan esa porquería. ¿Vas a dar tu vida a algo que no existe?"
"¡Cállate! ¡Estás maldito! ¡Maldito! ¡Maldito!" - Dije mientras mis ojos se nublaban, Virgilio, se fue andando sin dirigirme una palabra.
De pronto una figura oscura se paró en mi camino, se quitó el sombrero y dijo - "Recuerda mi nombre Casius... Soy Vladimir Len, alguien que te podrá dar un Don que solo pocos saben apreciar. Nos veremos las caras en un par de años más, estaré vigilante..."
Vladimir Len ¿Debo agradecerte que me hayas dado la maldición de la necesidad de sangre? Hijo de perra, hiciste bien en morir mientras mirabas mis ojos.
Proseguiré con esta historia, lamento que os sea larga... Pero, tengo 558 años y tengo mucho que contar.
Ya era un adolescente y estaba bendecido por todo lo que conocía y era feliz. En cambio mi hermano se convirtió en un forajido.
Ya teníamos 17 años ambos.
Una noche, antes de despertarme para ir a la Iglesia con Hector, algo me despertó una hora antes... La hermosa Luna atravesaba la putrefacta ventana y podía vislumbrar entre la penumbra a mi padre con un hacha levantado, el mismo hacha oxidado que usó para convertir los cordones umbilicales, mi hermano dormía pero yo... No sabía que hacer... Le imploré, pero no me escuchaba, tenía los ojos ciegos, y escuchaba susurros de algo o alguien hablándole, dandole... órdenes.
De pronto detrás de un estoque se escondía una maléfica sonrisa, la cual atravesó a mi padre y dejó caer el cadáver del pescador encima de mi cuerpo.
Ese asesino... No... Asesino no... Salvador... era Vladimir, quien gritó "Sucio Nosferatu ¡Sal y dale la cara a un Ventrue!"
Entre las sombras empezó a aparecer un demonio desfigurado, un Nosferatu, que horrible era ese vampíro. Aparté el cadáver de mi padre y Vladimir me agarró con fuerza y empezó a saltar de edificio en edificio, y de arbol en arbol. Le veía el miedo en sus ojos, "Oye! ¡Que le has hecho a mi padre desgraciado! ¡Que intentas hacerme!" - Le girté.
"¡Salvarte de tu mísera vida te parece poco! ¿Verdad? El clan Nosferatu te quiere muerto, porque hay una leyenda que dice: Habrá un sacerdote que se transformará en vampiro y rechazará todas sus creencias, pasará de angel a demonio en menos de una hora. Y aquel que representaba la maldad pura, llorará por todos sus pecados y se maldecirá a sí mismo por la eternidad. ¡Virgilio! Tu hermano, será un asesino, pero no un asesino cualquiera ¡Se convertirá en un Gangrel! Y justo antes de devorar a su presa humana, siempre le dejará que lo mire a los ojos y le dará una oportunidad a defenderse, porque los Gangrels son cazadores por instinto, honrados y orgullosos. Hasta que un día, dejará de beber sangre humana por ratas y animales, por no querer hacer daño a otro humano."
"Espera... ¡No puede ser! ¡Mentiras! ¿Y tu siendo Ventrue qué?"
"Jajajaja, los Ventrues somos unos de los más inteligentes clanes, los más manipuladores, podemos ser muy sucios creando artimañas, somos los que gobiernan sobre otros, los que siempre vamos elegantes a todas partes. Lamentablemente, no somos atléticos, menos yo, que tengo más de cuatrocientos años, soy ¡De la octava generación! Y tu, serás de la sexta generación."
"¿Qué? No me cuadra nada de nada"
"Díme Casius ¿eres digno de convertirte en un Ventrue?"
Y mi historia acabará aquí por hoy...
¿Sabías que hoy es mi cumpleaños? Cada año, traigo a uno más para contarle mi vida, después los etiqueto en mi sótano. ¡No te preocupes! No te voy a matar, vas a ser tú el que se mate. Pero no te preocupes, como no has gritado mientras te contaba esto ni mientras tu padre se cortaba el cuello, quizás te convierta en un Ventrue, o te daré un día más de vida.
EDITO: Si este post tiene más de 5 comentarios positivos sigo con la historia, si no, no :/~.