Bueno, ésta es una hisrotia que estoy haciendo para dibujar pronto el cómic. Es la historia de uno de mis personajes y cómo llegó a ganarse el título del bardo deprimente.
Allá en el bosque laberinto, un arquero descansaba tranquilo. Miró a su entornto y retocándose su sombrero dijo:
Je, hoy sí que hace un buen día. Da pena desperdiciarlo en entrenar.
Se empezaron a escuchar unos gritos y unos golpes con la espada.
¡MALDITA! ¡MUERTE YAAA!
-Buff, qué remedio...- El arquero se incorpora y saca su ballesta. Un espadachín molía a golpes con la espada a una araña enorme (argos).
Cinco flechas se clavaron en el abdomen del monstruo, el arquero, con ayuda de un cuchillo, cortó las telarañas en las que el espadachín se había enredado casi él mismo.
-Joe, Toketo, que ya la tenía.-
-Sí, sí, lo que tú digas, pero esa araña te iba a matar, nisiquiera le golpeabas con el filo de tu espada; Kaljein.-
-Tendía que haber seguido entrenando con mi primo, ya verías cómo me cargaba bien a cualquier cosa ¬¬-
-Déjale que se tome un descanso-
Siguieron entrenando un rato más, y cuando se hizo tarde se fueron del bosque.
En la zona de los lobos Toketo se dirigió al camino para salir.
-Tío, que es por aquí, que por allí se va a Aldebaran-
-Bueno, mañana es mi cumpleaños. Pensé en hacerme un regalito y visitar un lugar totalmente nuevo.-
-¿Aldebaran nuevo? Si ya estuvimos hace un tiempo matando a las polillas...-
-Sí, pero escuché que puedo ir a Lutie por allí, eso no me lo pierdo.-
-Lo que tú veas; avísame cuando tengas otro rato, yo entrenaré con Rune, el mago aquel.-
Dicho esto, Toketo marchó por el portal camino a Aldebaran. Estaba realmente emocionado por ir a Lutie. Sólo escuchó sobre esa ciudad en cuentos infantiles que le contaban sus padres en Navidad; y lleva toda su vida queriendo ir. Ahora que cumple 16 años y sus padres le han dejado hacerse su vida, quizás sea el momento.
El bullicio en la ciudad era notable, aunque algo menor que cuando fue a la gran capital, Prontera. Un herrero ntentaba ligar con una asesina, un acólito estaba pegando a unos pesados que pedían bendiciones y similares, la gente armaba mucho bullicio frente la torre del reloj.
Toketo fue pasando por las calles, se fijó en una máscara que recién fabricó un hombre para un muchacho que la cogió entusiasmado. Se veía elegante, y cubría gran parte de la cara...
Igualmente lo ignoró y siguió buscando en la ciudad.
Ya era de noche, y seguía sin saber nada sobre Lutie.
Se sentó agotado en un banco; ¿sería mentira aquel rumor que escuchó?
-*Suspiro* Aaah... nunca encontraré ésa ciudad... Maldito sueño de niño-
Una vos cercana y entrañable le dijo -¿Por qué maldices tus ilusiones de niño, muchacho? Esos sueños son los más hermosos tesoros que puedes tener.-
Toketo se giró y quedó alucinado.
Un traje rojo, una espesa barba blanca, una nariz roja y respingona, un gorro con nu pompom...
-¡¡¡S-S-Santa Claus!!! O_O-