Prólogo de una historia..

[Kaori~]

Los Ojos Del Felino

Notaba sus pies cansados y doloridos al pisar el frío y duro suelo del bosque, cada cierto tiempo notaba el dolor de una nueva magulladura hecha por algún obstáculo de ese terreno sinuoso e imperfecto. Al principio, el dolor que sentía en sus piernas casi la hizo detenerse, pero siguió corriendo sin pausa a traves de la espesa maleza. Hacía tiempo que desconocía hacia dónde la guiaban sus pasos pero eso carecía de importancia, ella no quería morir, y ese era el único pensamiento que inundaba su mente, sofocando cualquier dolor y pensamiento que pudiese tener.

Desconocía cuánto tiempo llevaba corriendo, pero el ruido de su perseguidor sonaba, incansable, siguiendo su rastro desesperado aunque pasase el tiempo. Se maldijo a sí misma por haber nacido con aquellas piernas tan cortas y débiles, que la impedían dar grandes zancadas y ser ágil en aquel terreno. Sus ojos, desacostumbrados a la oscuridad abrumadora del bosque eran incapaces de distinguir realmente lo que había a su alrededor, sólo distinguía las siluetas oscuras de los habitantes de aquel bosque, que parecían observar el espectáculo que allí acontecía.

Continuó corriendo durante un tiempo para ella indescifrable sin notar ningún cambio en su entorno, como si estuviese quieta. En más de una ocasión pareció recorrer algún lugar que se asemejaba a otro ya visitado, pero no podía estar segura con exactitud. Notaba sus piernas cada vez más cansadas y sentía cómo sus fuerzas iban decayendo sin remedio, trató de luchar contra el abatimiento girando sus pensamientos a otros cauces...y recordó a su madre...tan guapa como siempre lo había estado, con su menudo cuerpo erguido majestuosamente y su rostro sonriente mientras la cepillaba el cabello, del mismo color que el suyo...recordó sus abrazos y caricias...lo brillantes que lucían sus grandes ojos verdes cuando la sonreía en sus charlas fraternales. Notó que sus cejas se juntaban y que de sus ojos brotaban lágrimas de odio e impotencia cuando esos recuerdos fueron inundados por otros nuevos...en ellos observaba a su perseguidor...su rostro desacompasado por esa mueca burlona y dominante, llena de esa satisfacción bestial de ver su voluntad llevaba a cabo...vio de nuevo a su madre...con su cuerpo inerte en aquel frío cuelo de mármol, por el que tanto jugueteó años antes...vio su frío rostro, carente de expresión...sus mejillas ya no tenían ese rubor que las llenaba de dulzor...y sus ojos ya no brillaban, eran como dos manchas, dos pozos sin fondo que jamás volverían a enfocar nada...y, allí, de pie, estaba ese hombre al que había amado y respetado toda su vida...con aquella mueca de locura en sus ojos...su padre.

Las lágrimas ya brotaban de sus ojos como un torrente cuando, de repente, su pie descalzo topó con una rama que la hizo caer al suelo. Sintió el dolor de sus miembros agotados y el escozor de las magulladuras formadas en su caída. Por un momento, se sintió débil y agotada, sin ganas de seguir adelante, pero se obligó a sí misma a levantarse. Observó, asombrada, todo lo que la rodeaba. Había llegado a una pequeña explanada en cuyo centro se encontraba un lago, con sus cristalinas aguas brillando con la luz plateada de la luna. Sus ojos se maravillaron de aquella visión tan gloriosa de aquel bosque desconocido. La luna, antes invisible tras las copas de los árboles, brillaba de esplendor en el centro del cielo nocturno, actuando como un sol misterioso que iluminaba todo cuanto tocaba. Todo aquello la transmitió paz y, por primera vez en mucho tiempo, se sintió serena y protegida.

Despertó de aquellas cavilaciones cuando escuchó el sonido de una rama al quebrarse a su espalda, el vello de su cuello se erizó y todo su cuerpo se tensionó, preparado para huír de lo que fuera que estuviese tras ella. Aquella situación la hizo notar el dolor de sus miembros agotados y el desfallecimiento de sus fuerzas, pero tenía clara una única cosa, no la vencería; ella no era su madre y no se dejaría doblegar como ella; lucharía con todas sus fuerzas por la libertad de la que se consideraba merecedora.

Un nuevo sonido a su espalda la hizo darse la vuelta preparada para cualquier cosa...salvo la que vio. Una pequeña niña vestida con un camisón la observaba en silencio a pocos pasos de ella. La pequeña brillaba con una luz similar a la de la luna y su camisón blanco junto con sus ojos azules y sus cabellos dorados la dotaban de un aura sobrenatural y angelical a la vez. Ante aquella visión una risa nerviosa estalló en su garganta como un torrente sin control, su cuerpo se relajó al instante, callendo al suelo de rodillas, vencida por la esa sensación parecida a la embriaguez. La niña continuó observándola hasta que su repentino ataque histérico cesó, entonces, sin separar los labios perceptiblemente, una voz fantasmal surgió ella. Era una voz que no contenía palabra alguna pero que comprendió como si la tuviera.

"Hacía mucho que esperaba tu visita Emily, pero no estabas preparada para verme, hasta hoy"

El sonido de su propio nombre sonó desconocido para ella, mientras una sensación de asombro la inundaba...¿Cómo conocía su nombre?¿Para qué debía estar preparada?

La niña comenzó a caminar hacia ella con pasos cortos y lentos. No fue capaz de moverse, mientras observaba su desplazamiento sobre el suelo casi imperceptible. La niña se detuvo a unos unos pasos de ella y la observó de nuevo con esos ojos azules...esos ojos que no parecían tener fin y que consiguieron amarrarla al suelo con hilos invisibles que no la permitían moverse. Comenzó a sentir que una luz cegadora la envolvía desde el fondo de aquellos ojos... Sólo pudo sentir en su ser aquella voz espectral antes de que la luz la cegase todos sus sentidos... Y la paz la inundara para siempre...

"Tu deseo ha sido concedido"

Espero que os gustee 

[*Marta*]

Me encanta y lo sabes, es una pedazo de historia y eso que solo es el prologo, ya te lo e dicho antes cuando me la contaste, pero esque me encanta de verdad cielu, espero que la sigas y te dare animos para que la sigas!!... me dejaste con la intriga con lo del deseo >_>.


PD: Aunque la historia me encanta, tu me sigues gustando mas