"Tu sabes que EL no quiere un segundo infierno... y yo tampoco"
Esas palabras taladran tu mente. ¡DEBIL! ¡Fuiste demasiado debil! ¿Por que no resististe la tentacion? Todas las desgracias de este mundo son tu culpa...Nunca lo debiste haber escuchado, ahora no eres mejor que el, y merecerias ser desterrado, justo como le sucedio hace millones de años.
Pero piensa un poco... ¿QUe fue lo que provocó todo esto?
El principio.... "En el principio, Dios creo los cielos y la tierra". Asi lo escribieron y quedó asentado para que todos lo supieran. Lo que nunca supieron, fue el por que. Nunca entendieron el experimento de Dios, al darles libre albedrío a los humanos.... y darles toda Su creación para reinarla y deformarla a su antojo.
Y todos nosotros, sus seguidores, despues de milenios de cantarle y alabarlo, caimos casi en el olvido. La humanidad y su capacidad para adaptarse, demostrar emociones, ser volatiles, alabarlo a El un momento y al siguiente maldecir su nombre... eso fue lo que lo mantuvo ocupado durante varios milenios mas...
Hasta que Asmodel se cansó de esperar.
Las cuatro huestes celestiales estaban cansadas, pero fueron los hijos del Toro los que menos tolerancia tuvieron al olvido... y fue ahi que Asmodel, lider de esa hueste, armó la segunda rebelión en nuestra morada.
Y fue mi culpa. Mi decisión de autoexiliarme y dejar mi sitio como capitan de la hueste Aguila, dió mayor seguridad a Asmodel, aun recuerdo como todo el Pax Dei estaba sorprendido, e incluso la hueste del Leon trató de disuadirme de que no abandonara a mis ejércitos.
Sin embargo, de una u otra manera esto iba a suceder... Y finalmente, Asmodel se levantó en armas. Mis pober Cherubims no tuvieron oportunidad en contra de esas bestias... y pronto los Toros estuvieron a punto de lograr un cambio total de poder en el cielo.... pero entonces vinieron por mi.
Quien diria que esos "querubines", como los llaman en la tierra, son en realidad soldados? Nadie imagina a esas criaturitas con arco y flechas utilizandolas para la guerra, en lugar de unir corazones... pero a pesar de su gran entrenamiento y su férrea voluntad, no fueron rivales para el poder masivo de los toros.
"¿Como tienen el valor de defender Su causa, si El ni siquiera se digna mirarlos? ¿Donde esta EL ahora mientras nosotros los aplastamos? ¿Es asi como EL se preocupa por nosotros? ¡Deberian unirse a nuestra causa y ayudarnos a derrocarlo! Todos los angeles estaríamos en armonía, ¡juntos y controlando la creación como los hermanos que somos!"
Asmodel era muy convincente. Su argumento, muy válido... pero ¿quienes somos nosotros para desobecer el mandato divino? Nuestra misión es esa. Ser el ejército del cielo, y cuidarlo a El y a su obra por encima de todo, aun a costa de nuestra inmortalidad.... asi que cuando un mensajero fue a buscarme y demandó mi regreso, inmediatamente tuve que volver a vestir mi armadura y desenfundar la espada de fuego...
Y luché. Y maté. Y mis brazos se tiñeron de sangre... Y con cada gota de sangre derramada, mi verguenza aumentaba. Mi frustración crecía. Un angel matando a otros, hermano contra hermano defendiendo al padre... en una guerra interminable en la que nadie ganaba absolutamente nada, excepto dolor..
Y fue entonces que la oportunidad llegó y una voz muy convincente se dejó escuchar.
"Zauriel..."
"Zauriel!! Hermano!"
"puedo sentir tu desesperación. Puedo palpar tu frustración. Ya no puedes seguir así, y sabes que estas perdiendo el camino... Tu eres un guerrero, pero no tienes la sangre fría para asesinar a tu hermano mas querido.... dejame ayudarte"
Estas palabras me dejaron helado. Estaba escuchando al principe.... aquel que fue exiliado mucho antes de que yo buscara la soledad, el otro angel caido....
Y sin embargo, Luzbel tenia razon. Yo no podía seguir con esto para siempre...
"Dejame ayudarte... yo puedo terminar tu trabajo. Pero sabes que yo no puedo subir al cielo, asi que tendras que traerlo a un terreno neutral...."
"No, No caere en tus trampas Luzbel! No puedo permitir que esto se salga de control! Esta guerra debe acabar, pero no de esa manera! Aun si nuestro padre debe desterrarle a El como lo hizo contigo al inicio de los tiempos"
y entonces... vino mi perdición.
"Tu sabes que EL no quiere un segundo infierno... y yo tampoco"
Sus palabras desgarraron mi moral. El tenia razón... Y en ese momento, sellé el destino de la creación entera. Si tan solo hubiese recordado que Luzbel siempre cobra un precio muy elevado por sus favores.... Pero en mi desesperación, fallé.... y sellé el destino de la creación entera.
Padre, perdoname! Te he fallado....
Obviamente, continuará.
