Pues si, a veces me pongo a escribir algunas cosillas, no es que sean muy buenas, pero me entretienen... y como me dio por escribir una sobre el RO, mi personaje y el de mi amiga, pues lo voy a colgar a ver si gusta... si no defrauda mucho prometo que ya escribiré mas.
-Cuantas flechas te quedan?- pregunto
Taemre, cargando mientras lo hacia su ballesta con su ultimo virote.
-Diez de las normales, doce u once de las de oridecon y luego nada...- la respuesta de
Helyna no la tranquilizo en lo mas mínimo, su amiga era letal con el arco e incluso lo era su halcón, Ígneo, pero sin flechas había muy poco que
Helyna pudiera hacer para romper el cerco.
Las dos amigas había acudido a la ciudad natal de
Taemre, Morroc, para observar la terrible devastación que había tenido lugar allí, nada sabían de antiguos demonios enterrados bajo el palacio hace mil años ni de maldiciones, lo único que sabían es que hace unas semanas había empezado a correr el rumor, que luego se convirtió en una terrible noticia gritada a los cuatro vientos, Morroc había sido arrasada por el resurgir de una criatura temible y milenaria.
Cuando las tropas del rey de Rune-Midgard terminaron su trabajo allí, cuando la guild de caballeros de la orgullosa Prontera declararon las ruinas seguras, la Stalker y su amiga la Sniper visitaron la ciudad o lo que quedaba de ella..
Los habitantes de Morroc, gente oportunista, ladina y astuta, habituados a sobrevivir en las mas duras condiciones, bajo los mas tiránicos gobiernos y rodeados del clima mas abrasador, sobrevivieron, en su mayoría, ocultándose entre los templos y tumbas de antiguos reyes, templos que eran antiguos cuando Satan Morroc fue sellado y que mil años después también fueron testigos y sobrevivieron a su alzamiento.
Las dos amigas recorrieron las ruinas, observaron el enorme agujero que había en lo que una vez fue el orgullo de Morroc, su palacio y sus jardines, comieron algunos platos típicos de la zona en los puestos que los habitantes de la ciudad montaron alrededor de lo que una vez fueron sus murallas,
Taemre casi se muere de risa al ver la cara de
Helyna al probar el “Mukashu” una comida picante creada con la carne de un Muka y algunas especias locales. Pasaron la noche en una tienda que se alquilaba como posada improvisada y en la que descansaron bien, salvo cuando tuvieron que espantar a unos pilluelos que querían espiarlas mientras se bañaban y por la mañana, después de un buen desayuno al estilo de las gentes del desierto, decidieron ir a cazar por los alrededores de Morroc,
Helyna nunca había estado tan al sur, ella paso todo su entrenamiento entre Prontera y Yuno, en los peligrosos montes y los pasos secretos bajo los mismos y
Taemre desde su época de rogue, explorando los templos y las tumbas la verdad es que tampoco había vuelto por aquí, su ciudad natal.
Lo que las amigas no sabían es que el alzamiento de Satan Morroc no solo había destruido la ciudad en si, había causado terribles cambios en las tierras de alrededor de la misma, algunas regiones quedaron baldías, desiertas, despobladas de vida, salvo por terribles demonios y criaturas de otros planos que nadie en su sano juicio querría ver jamás, otras se transformaron, cambiaron, la arena cubrió caminos y construcciones mientras que saco a la superficie otras antaño olvidadas. No seria fácil saber cuando ni como, pero las dos amigas se perdieron y terminaron en unas ruinas olvidadas y rodeadas de Kobolds agresivos.
-Vale, cuando yo te diga, sal corriendo hacia el suroeste, encontraras el hormiguero que es una ruta habitual de aventureros y cazatesoros, alguien podrá ayudarte desde allí a llegar a Morroc...- -Y tu que vas a hacer?- pregunto
Helyna mientras se asomaba, disparaba dos flechas a la vez y acababa con otro de los Kobold.
-Distraerlos, no importa cuantos matemos, por cada uno que cae llegan tres y casi no quedan flechas, ábrete paso y yo te seguiré cuando pueda! Nos vemos en “El oso zurdo”..- la famosa taberna de Prontera donde ambas suelen perder el tiempo y el dinero en apuestas infantiles y bebidas bien cargadas...
-No voy a dejarte aquí sola Taemre, es una locura!- -Puede que ya no reconozca este desierto...- Taemre se alzo disparando su ultimo virote que hizo retroceder, malherido, a otro Kobold:
-Pero me críe aquí, mientras que muchos de mis conocidos iban a ese templo perdido a convertirse en asesinos, yo viaje mas lejos y mas al sur que nadie, recorrí lugares en los que gente mas fuerte y poderosa que yo había muerto y salí con vida, se lo que hago Helyna, corre!- Helyna comprendió que no podría convencer a su amiga y además, que tenia razón, si no usaba las pocas flechas que le quedaban para abrirse paso, ninguna saldría viva de aquel lugar.
Levantándose, saliendo de detrás de la pared derruida donde se parapetaban,
Taemre arrancó, escudo y daga en mano, al encuentro de los Kobold mientras que
Helyna, mientras pudo y disparando de dos en dos, cubrió a su amiga lo mejor posible, agotada, con solo tres flechas y perdiendo de vista a
Taemre que corría entre las casas devueltas por la arena,
Helyna se colgó en arco a la espalda y corrió en busca del hormiguero..
Los Kobold se vieron sorprendidos por el ataque de la Stalker, rápida, furiosa, como poseída por la rabia de los berserker del norte (o una poción de su mismo efecto...)
Taemre sembró la muerte entre ellos, corriendo de uno a otro, cortando cuellos, manos, caras sin detenerse a mirar antes de pasar al siguiente, los Kobold se olvidaron rápidamente de
Helyna concentrándose en matar a aquella que los estaba atosigando, hostigando, asesinando velozmente.
Pero por muy buena que fuera la Stalker, los Kobold cada vez eran mas, de cada rendija, de cada rincón de las ruinas surgían mas y mas cabezas perrunas, espadas, mazas y ballestas, poco a poco las fuerzas iban abandonando a la Stalker mientras que sus enemigos se multiplicaban hasta que una ingente fuerza Kobold la acorralo dentro de lo que en su tiempo y siendo generosos alguien llamaría una cuadra.
Entraron por todas partes a la vez, la puerta, el ventanuco, por el tejado hace tiempo derruido, se lanzaron al interior de la maltrecha construcción sedientos de sangre y seguros por su numero y por el olor de la sangre de la humana... pero allí no había nadie.
Confundidos los Kobold se pararon, mirándose entre ellos sin entender, tenían la casa rodeada, no había forma de salir! Y además aun flotaba en el aire el olor a sudor y sangre, no podía estar muy lejos!
De la arena, de un montículo totalmente anodino de arena, surgió una mano con unos grilletes colgando de ella, las esposas giraron en el aire hasta cerrarse sobre la muñeca de un sorprendido arquero Kobold que lanzo un gañido de miedo al sentirse atrapado.
-Tu te vienes conmigo...- dijo entre dientes
Taemre saliendo de la arena y atrapando contra su cuerpo a su prisionero al tiempo que hundía su Damascus entre las costillas del desdichado, con un pequeño torbellino que alzo la arena e hizo apartar la mirada a todos los monstruos perrunos, humana y arquero desaparecieron en la nada.
Unos segundos después, en unas pequeñas estribaciones al norte de las ruinas,
Taemre abrió los grilletes dejando caer al suelo el cadáver de su prisionero:
-Lo siento amigo, mejor tu que yo...- Unos días después.
Helyna tomaba una jarra de fría cerveza de Schwarzwald cuando alguien entro por la puerta y tras ordenar otra jarra, se dejo caer pesadamente en la silla de al lado de la Sniper.
-Ya pensaba que no lo habías logrado...- -Que tontería, hace falta mucho mas para acabar conmigo...- -Si claro... entonces, donde estabas?- -Bueno, ya que había vuelto a casa y que la ciudad estaba arrasada, pensé que tendría que volver a escribir mi nombre en las paredes de algún sitio...- -Y eso te llevo una semana?- -No, aprenderme la rutina de los guardias y esquivarlos para hacer un graffiti de quince metros en la pirámide, eso me llevo una semana...- -Fantasma...- Ambas tomaron un trago de sus jarras..
