XatiyaRO
Comunidad XatiyaRO => Historias de personajes => Mensaje iniciado por: Megami Sora en 17 de Julio de 2011, 07:55:59 am
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El día había transcurrido aburrido comparado con otros. El sol caía poco a poco trayendo consigo la oscuridad de la noche. Mientras caminaba por el centro de la capital Prontera, me dediqué a observar con especial atención los cansados rostros de los habitantes de la bulliciosa ciudad.
A un lado de la vía principal, algunos ofrecían objetos útiles para los distintos jobs, cartas y hasta algún trato para obtener lo que necesitan.
Yacían sentados en la acera esperando que alguien les ofreciera lo que necesitaban anunciándose con un cartel. Las pláticas se hacían frecuentes entre ellos brindándole algo de calidez al ambiente.
Al lado opuesto del camino adoquinado se encontraban los incansables líderes de las parties. Anubis, Odín y Thor han sido los nombres más codiciados por todos. Algunos de pie y otros más sentados aguardaban por completar su party de 12 miembros.
Noté especiales diferencias en los líderes de los distintos niveles. Quienes se dirigen hacia Anubis visten sus trajes rasgados, sucios, con marcas de sangre y tonos oscuros en sus rostros. En algunos equipajes noté reliquias egipcias y armas inservibles dropeadas por los monstruos de Sphinx. De las tumbas de temibles muertos con vida las parties ascendían al templo del gran Odín buscando experiencia hábiles cazadores y francotiradores que con sus flechas conseguían inmovilizar a la mob de tan celestial aposento. Allí se respira un ambiente cálido y el sonido del mundo en ese lugar apacigua las almas de los atribulados héroes que luchan por obtener algo de experiencia base. Bueno, eso he escuchado. En sus líderes observé vestigios de blancas plumas y sus rostros permanecían aún, algo atemorizados por el inesperado encuentro con las protegidas de Odín.
En un arquero de una party, distinguí unas marcas muy extrañas en el traje por lo que la curiosidad me llevó a querer saber de qué se trataba así que continué observando los carteles. De un pronto a otro, el líder preguntó a su compañero si las marcas que tenía habían sido provocadas por un tornado o un plasma de Odín a lo que este contestó negativamente.
-Fue un maldito emo, dijo despectivamente y no se refirió más al tema.
Caminé un poco más y encontré a los valientes que irían a Thor. Sus trajes se encontraban rasgados por las rocas volcánicas de la zona, manchados por gotas de alguna especie de arena aceitosa y con partes quemadas y sucias producto del carbón. Tenían en su equipo Pasana y Jack card para disminuir el daño infringido por los monstruos propietarios del elemento fuego. Su armamento está dominado por los elementos que atacan el fuego y unos cuantos poseen el pesado escudo de piedra con la Alice card para recibir mayor experiencia y menos daño de los ingratos monstruos.
Para este último lugar había 3 carteles: 85+; 89+ y 99 con el título Ifrit piso 3. No comprendí lo que eso significaba así que miré a los miembros de esa party apreciando a primera vista que todos eran 99; los mejores a mi inocente parecer, exponían sus serenos rostros a pesar de que se preparaban para ir a luchar contra algo que aún no descubría.
Entre distracciones olvidé la hora que era pero sabía que no era tarde pues el oscuro tono del cielo no era tan intenso. Caminé poco a poco entre la gente hasta llegar a la servidora de Kafra Sur, me detuve frente a ella y le pregunté si podía guardar algunas cosas en mi caja, a lo que ella asintió amablemente a cambio de algunos zeny. Antes de terminar el servicio, pregunté sobre la existencia de medidas de seguridad en el mismo con lo cual me hizo conocedora de la existencia de un código. Al establecer el código y asegurar mis humildes bienes, decidí concluir el negocio y proseguir con mi objetivo. Debía localizar algún lugar donde albergarme por un tiempo. Caminé hacia el lado Este de la ciudad con la esperanza de encontrar allí algún edificio con habitaciones disponibles.
Miré mi reloj, la hora se acercaba al número 8. Tenía hambre y mi traje de acolyte era incapaz de brindarme el calor necesario para hacerle frente al frío de la noche por lo que debía encontrar un aposento pronto. Me senté bajo un árbol cerca de una niñita con un asno a su lado. La miré en repetidas ocasiones pues no era buena idea que estuviera a esa hora fuera de su casa.
-¡Papi!, le dijo a un hombre frente a ella, quiero regresar a casa, a lo que su padre acudió cariñosamente recogiendo tan pronto como pudo, los diferentes alimentos para mascotas que vendía. Poco después se retiraron y yo seguía sentada bajo el árbol pensando qué hacer.
Indignada me apoyé sobre mis rodillas, tenía ya mucha hambre y frío, cuando de repente, la sombra de un experimentado Lord Knight se posó frente a mí. Levanté la cabeza para mirar quién era y para mi alivio, se trataba de un miembro de las fuerzas armadas de Prontera.
-¡Señor!, dije con voz entrecortada a causa de los nervios.
-¿Sí? ¿En qué puedo ayudarle?
-Necesito encontrar algún lugar en donde pueda hospedarme.
-¡Mmm! Por lo que veo eres nueva aquí, ¿verdad?
-Lo soy señor, viví los primeros años de mi vida aquí pero después de la muerte de mi madre, me marché con mi padre a Payon y jamás regresé a Prontera.
-Camina un poco hacia la izquierda y encontrarás un letrero en la puerta de ese gran edificio, dijo señalando el edificio que estaba a mis espaldas. Allí podrás hospedarte y comer algo.
-Muchas gracias señor, le dije agradecida.
-Fue un gusto.
El hombre siguió su camino sobre su cansado Peco así que me puse en pie y tomé mi pequeña mochila. Cuando llegué al edificio, titubee unos segundos frente a su puerta principal antes de tocar para ser atendida. Estaba asustada pero el frío y hambre que tenía hicieron que perdiera todo pánico y ansiedad. Toqué la puerta con delicadeza y una amable mujer apareció tras ella.
Continuará
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Espero con ansías la película.
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xD jaja, por qué la película? /conf
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Porque me da flojera leer eso. Que no tenga subtitulos por favor.
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Jaja! /hi
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Genial /cont
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buenisima esperamos segunda parte e.e xD
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BIEN !!! Excelente historia(Y) me gusto y sí, esperemos la continuación /smile
SALUDOs, att: KAL^^
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/angel
Eso era lo que faltaba, el apoyo de mis hermanos!
Te quiero kal!
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JeJe yo también Te Quiero Megami /laugh ~Up al tema!!! xD
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II
-¡Bienvenida jovencita! ¿En qué puedo ayudarte?
-Quisiera pagar una habitación.
-De acuerdo, eres afortunada pues aún quedan algunas disponibles.
-Gracias a Dios, exclamé mientras dejé escapar un suave suspiro.
-¿Por cuánto tiempo estarás aquí?
-No lo sé. Vine a estudiar al monasterio así que me quedaré por bastante tiempo.
-Toma la llave, sube tus cosas y baja a comer. Por el dinero no te preocupes, eres joven aún y necesitarás ahorrar para comprar equipos y distintas cosas.
La miré agradecida, tomé la llave y subí al segundo piso en busca de la habitación número 16; al abrir la puerta, lo primero que noté fue la higiene y orden del lugar. Coloqué mi mochila sobre una cómoda con espejo que allí había y bajé a comer.
Ya no había nadie en el comedor además de la propietaria y yo. Sobre la antigua mesa de madera, había una tacita con sopa caliente y un vaso con chocolate.
-Anda muchacha siéntate, dijo desde la cocina. No seas tímida y come lo suficiente, veo que tienes hambre.
Me senté a la mesa y degusté como nunca aquella sopa. Mientras comía, la mujer se sentó frente a mí con dirección a la puerta de la cocina.
-¿Cuántos años tienes hija?
-16, contesté.
-Eres muy joven.
-Eso creo.
-¿Sabes muchacha?
-¿Sí?
-Te pareces a una joven mujer que creció y vivió en la ciudad hace algunos años. Fue una poderosa High Wizzard que murió por su aldea dejando sola a su pequeña hija y a su esposo. En eso se dejó escuchar un fuerte estruendo proveniente de la puerta de la cocina; la mujer y yo volteamos a mirar simultáneamente hacia la misma esperando encontrar una explicación a tal ruido.
-¡Muchacho un día de estos me vas a matar de un susto!
-¡Jaja!, disculpe señora Rhya no lo haré de nuevo.
Lo miré con detenimiento durante algunos segundos hasta que me sonrojé y decidí inclinar mi cabeza. Era un joven swordman que al parecer vivía ya hace algún tiempo en el lugar. Lucía como de unos 17 años y cargaba consigo una espada poco voluminosa y poco costosa. Era enérgico pero algo tímido.
-¡Hola!, me dijo, ¿eres nueva aquí?
Lo miré sorprendida y en silencio por un momento hasta que obtuve el valor suficiente para contestarle.
-¡Hola!, dije suavemente.
-Jovencito siéntate allí mientras te llevo la comida.
-De acuerdo, le dijo al mismo tiempo que se sentaba cerca de mí.
-¿Cómo te llamas?
-Me llamo Sora.
-Bueno Sora mucho gusto, mi nombre es Noah y soy el ocupante de la habitación 17 desde hace no mucho tiempo.
-Creo que somos vecinos, le dije, mi habitación está junto a la tuya.
-¡Perfecto!, dijo sonriente.
En eso, llegó la mujer dueña de lo que por unos años sería mi casa y le sirvió sopa al muchacho.
-¡Sora! ¿Deseas algo más?
-No señora, así estoy bien gracias.
-Bueno estaré en mi habitación en el costado derecho del edificio por si necesitas algo.
-Gracias, le dije mientras daba el último sorbo a la placentera sopa.
-Bueno Noah, estoy cansada, me iré a dormir.
-Bien señorita que descanse.
-Igual, contesté mientras subía las gradas.
Llegué a la habitación, me quité el traje y cepillé mis dientes vistiendo ya, la ropa de dormir. Cuando terminé, me acerqué al balcón de la habitación para respirar un poco de aire fresco y mirar el cielo. Cerré la puerta que daba al balcón, apagué la pequeña lámpara de mi cuarto y me recosté sobre la cama hasta quedarme dormida.
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Genial /idea El contenido se puso más entretenido, bien bien. Qué pasará Sora después? Y qué será del gran swordman?? o.o HaHaHa
....... Más adelante aparecerá un tal KAL cm el sensei de una pequeña thief que quiere llegar a ser una gran Assasin(?) /laugh
Siga así con el cuento Megami, vas super bien /smile
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/idea
Jaja! Quizá aparezca ese dichoso sensei pero no estoy segura, lo más probable es que cree otra historia con otra trama!
Besos Kal y gracias por el apoyo!
xD
/laugh
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HeHe solo era para bromear xD ..... Vamos, que siga con la historia de la acolyta!!! Esperando, para leer el siguiente capitulo^^
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/hi
Jajaja! Lo sé, ,mmm, tendré que trabajar!
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III
Cuando desperté noté la presencia de los huéspedes en la casa pues caminaban por los pasillos con dirección al comedor. Aún entredormida escuchaba desde mi cama las voces de las personas que paseaban frente a mi puerta así que tomé la decisión de levantarme y ponerme activa. Lo primero que hice al bajar de mi cama y estirarme un poco fue abrir la puerta del balcón para que la calidez de la mañana inundara de vida la habitación; después de eso, tendí mi cama, me bañé y bajé en busca de algo para comer. Las clases en el monasterio aún no comenzaban pues estábamos durante el período conocido como “Inacción de esparcimiento” por lo cual mi intención era conocer un poco más el pueblo para así familiarizarme con los distintos lugares de los que haría uso durante mi estancia en él.
Al bajar sentí una extraña presión social pues muchas de las personas en el comedor eran jóvenes, a decir verdad casi todos tenían edades menores a los 20 años. Sin pensarlo mucho y como era usual en mí, bajé la mirada al piso y caminé despacio hasta la cocina. Una vez allí le di un cariñoso buen día a la señora Rhya, cogí un plato con algo que parecía ser algún cereal y con la cuchara en la otra mano me dispuse a buscar un lugar cerca de una ventana, donde pudiera estar sola, lo cual era mi preferencia ya que nunca fui buena para socializar.
Mientras caminaba entre las mesas del salón principal percibí las miradas de unos cuantos sobre mí, sin embargo no presté mucha atención pues si lo hacía podía dejar caer lo que en las manos llevaba. Miré hacia el fondo del salón encontrando solo en una mesa cerca de la ventana más apartada del lugar, al caballero de la noche anterior. Sin darme cuenta mis mejillas se habían ruborizado un poco provocando que una tierna sonrisa se posara sobre mis labios. En ese momento el joven que había mirado recién, clavó su mirada en mí logrando que inconscientemente me acercara a su mesa.
-¡Buenos días!, me dijo mientras mantenía su mirada fija en mi rostro.
-¡Buenos días!, le dije aún algo ruborizada.
-¿Cómo pasaste la primera noche?
-Bien, descansé lo suficiente después del largo viaje de ayer.
-Me alegra mucho escucharlo. Mmm, ahora que lo dices, ¿de dónde vienes?
-Mi lugar nativo es el oeste de Prontera pero cuando era todavía una niña, me mudé a Payon con mi padre.
-¡Vaya!, ese es un largo camino. ¿Venías sola?
-En teoría no, caminé hasta aquí con una caravana de mercaderes quienes tenían el objetivo de vender unas cosas en la capital de Rune Midgard y luego partir a la ciudad puerto como ellos le llaman, supongo que se refieren a Alberta.
-En efecto, esa es la famosa ciudad del comercio marítimo.
Un pequeño silencio invadió nuestro espacio mientras degustábamos el desayuno preparado por Rhya, mientras en las otras mesas el platillo principal eran las risas y conversaciones de múltiples temas, yo destiné mi atención al hecho de investigar los trabajos de los jóvenes que en el lugar se encontraban. En realidad encontré de todo, desde jóvenes arqueros hasta forjadores de armas. Había de todas las clases, incluso encontré sacerdotes y monjes de niveles más avanzados al mío. Por otra parte y en el extremo opuesto al recinto, se hallaban los fuertes caballeros de pesadas armaduras, unos eran meramente caballeros y otros tantos eran cruzados los cuales con su formidable fuerza y voluntad servían a la Iglesia Católica.
Entre tanto, me dispuse a observar con cuidado y disimulo a mi compañero de mesa. Como ya lo mencioné el muchacho aparenta tener unos 17 años, tiene un rostro dulce y una mirada entre profunda, tierna y amenazante –no conmigo, desde luego-. Tiene el cabello oscuro, largo y lacio, su piel es tan clara como la mía y sus ojos hacen juego con la misma pues son del color del ébano. Mientras terminaba de “analizarlo” por así decirlo, noté la perfección de sus cejas y lo afilado de sus ojos. Al cabo de unos segundos y sin explicación o motivo alguno, mis ojos descendieron desde los suyos hasta sus labios. Eran lindos y a pesar de que nunca me había fijado tanto en los detalles de su género, los llegué a considerar atrayentes incluso seductores. Dicha palabra: seductores, resonó en mi cabeza por al menos dos segundos haciendo que inevitablemente, mis mejillas se tiñeran con el suave tono carmín de siempre.
-¿Qué sucede?, dijo mientras me miraba fijamente.
Bajé avergonzada los ojos y encogí mis hombros.
-Nada, dije finalmente.
Al decir eso, acercó su mano derecha a mi barbilla con la intención de levantarla para que lo mirara pero justo cuando su mano estaba a escasos milímetros de mí, alcé la mirada y la clavé justo en la suya.
-¡Qué lindos ojos tienes!, dijo finalmente al verme sonrojada.
Quedé atónita, sin habla y sin aire. Respiré profundamente y quité mi oscura mirada de sus ojos azabaches.
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/hi esa es mi maestra ;) me encantó :D
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Cada vez se pone más interesante!!! Buen capítulo /smile SALUDOs^^
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Idola Rocio !! muy buena redacciòn ! me encantò ! vamos seguì escribiendo capitulos que ahi estarè para leerlos :D besitos, te quiero mucho !! (L)
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/laugh
Ahh, Guille gracias! Como ya he dicho varias veces,me gusta utilizar de forma indicada las palabras correctas!
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Oh me atrapo la historia, quiero leer mas, espero la segunda parte :D
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jajaja me encanto , deberías escribir un libro :D
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Jajaja! De hecho, tengo uno pero aún no está terminado! Bueno el primero no está terminado! xD
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Rocio uff a lo legal yo creo q ud terminara escritora(?) xDDD
Me encanta la historia =)
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Esa es la fe!
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claro y eso nunca se pierde, asi que adelante q si se puede
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IV
-Lo siento, no quería molestarte.
-No es eso, es sólo que nunca me lo habían dicho y me tomaste por sorpresa.
-Mmm, ya veo. Sin embargo, me parece extraño que no lo hayan hecho.
Mientras decía esas últimas palabras, me miró sonriente a lo que respondí de la misma manera. Terminé de comerme mi desayuno, fui a la cocina y lavé mis cosas con la intención de no dejarle más trabajo a la señora Rhya quien ya no se encontraba en sus años de juventud. Al finalizar, sentí que alguien estaba detrás de mí aguardando a que estuviera desocupada. Cuando me di la vuelta, allí estaba él, pero esta vez la expresión en su rostro era distinta. Estaba serio.
-¿Qué harás ahora?, me dijo mirando hacia la ventana que daba a la calle.
-Iré a caminar por el pueblo.
-¿Puedo ir contigo?
-Es una buena idea, así no me pierdo y tengo un guía, dije sonriente.
-Seré tu guía entonces.
Salimos por la puerta de la cocina, estaba segura con mi acompañante pues parecía ser un caballero valiente. Con él estaré a salvo, me dije a mí misma. Comenzamos a caminar despacio por los adoquinados caminos de la capital; mientras lo hacíamos él me mostraba contento los distintos edificios que formaban parte del bullicioso paisaje. Al avanzar y acercarnos al centro de todo, me mostró la hermosa fuente que le otorgaba un toque de elegancia a la ciudad.
-¿Qué te parece?, me dijo al mismo tiempo que me miraba a los ojos con su mirada profunda.
-Este lugar me trae recuerdos. ¿Sabes?
-¿Mmm?
-Mi madre solía traerme aquí cuando era niña. Siempre me decía que mi alma debía ser tan pura como el agua de la fuente. Debía ser transparente según ella.
-No tengo la intención de lastimarte pero quisiera preguntarte algo.
-Dime.
-¿Cuántos años tenía tu madre cuando falleció?
-Tenía 22 años, era una mujer muy joven y hermosa. Creo que en mi diario tengo unas fotografías de ella, te las mostraré más tarde.
-De acuerdo. Por cierto, tu padre aún está en Payon, ¿verdad?
-Así es, estaba muy triste cuando me vine pero él sabe que es por mi bien, al menos eso me dijo al oído antes de que saliera de casa.
-Bien no quiero verte triste por ningún motivo y menos por mi culpa. Dime a dónde quieres ir.
-Quiero ir a esa tienda de allí, dije mientras señalaba con el índice de mi mano derecha un edificio que tenía en el techo un enorme telescopio.
-Ahhh, esa es una de las tiendas más importantes de esta ciudad. Ahí puedes encontrar cosas útiles. ¡Vamos!
Él echó a andar adelantándose un poco, cuando se dio cuenta de que no lo seguía se volteó y con sus ojos oscuros se dio a la tarea de buscarme en el tumulto de gente. Cuando me encontró me sonrió tierno y abriéndose paso entre las personas, llegó hasta donde yo estaba.
-Vamos, no te quedes atrás.
Mientras terminaba de decirlo, me tomó de la mano y caminó frente a mí abriendo así, un camino por el cual pudiera pasar sin ser tocada por algún abrumado lugareño o visitante. Tomada de su mano me dejé llevar entre las personas. Sentía su cálida mano junto a la mía, me sentía feliz pero avergonzada al mismo tiempo. Nadie aparte de mis padres, me había tomado nunca de la mano. Mucho menos un muchacho.
-¿Quieres entrar, cierto?
Levanté la mirada del suelo y asentí con la cabeza.
-Sígueme, me dijo con su siempre llamativa sonrisa.
Dientes perfectos, me dije para mí mientras avanzaba con él. De un momento a otro se detuvo para abrirme la puerta, con lo cual ambos reímos en voz baja. Imagino que fue por el significado que tenía ese acto que él recién había llevado a cabo.
Una vez adentro, le pidió a la mujer que se encargaba del local que me mostrara las cosas que allí vendía. La mujer sacó unas pociones de colores, una lupa, una trampa utilizada por cazadores y algunas otras cosas que por mi clasificación como acolyte no necesitaba.
-Aquí también puedes vender cosas que consigues como drop de los monstruos que matas, me dijo la señora.
Sonreí y caminé un poco por el lugar. Era pequeño pero el espacio era suficiente para cumplir con la función de comprar y vender diferentes cosas. Mientras tanto, Noah conversaba con alguno que otro que parecía conocerlo.
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=O Yo quiero estar en la historia /pang hahaha me agradan este tipo de historias bien elaboradas =P
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Exelente =)
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Gracias, me esmero muchísimo!
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Super!!! siga asi Megami /smile
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Quiero la quinta parte !! hurra por Chio !! digo... Rocioooo !! /hi
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Jaja!
/pang
/hi
Los quiero chicos!
Besos /idea
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V
-¿Estás lista?
-Sí.
-Quiero llevarte a un lugar especial. ¿Quieres venir conmigo?
-Está bien, le dije mientras nos acercábamos a la puerta del lugar.
Al salir, caminamos con rumbo al sector oeste del pueblo. Con cada paso que dábamos nos alejábamos cada vez más del bullicio, del ajetreado centro capitalino. Pasamos por la primera línea del pueblo la cual separaba la parte central y más movida, de la sección más especializada y calmada. Noté que nos acercábamos a la segunda línea divisora, la principal. Era más grande que la primera pues estaba conformada por una alta y resistente muralla de ladrillo.
Siempre caminé detrás suyo pues no me sentía cómoda caminando a su lado. Varias veces se volteó para cerciorarse de que lo seguía, y en una de tantas me preguntó por qué no caminaba un poco más cerca de él a lo que con tranquilidad y algo en broma, contesté que él era mi guía y yo sólo debía seguirlo.
Atravesamos la segunda línea y entrada oeste del pueblo. De un momento a otro Noah se detuvo para buscar alguna cosa entre su pequeña maleta. Buscaba una cinta o algo con qué pudiera cubrirle los ojos a quien guiaba pero no encontró nada entre sus rudimentarios instrumentos para afilar espadas. Dejó de buscar, y tomando la pequeña daga que siempre cargaba consigo en un compartimento cerca del tobillo derecho, rasgó parte de su traje.
-¿Qué haces?, le dije bastante sorprendida.
-No es nada, cierra los ojos por favor.
Como recibiendo una orden de algún superior del monasterio, cerré los ojos inmediatamente aguardando ansiosa lo que fuera a suceder después. Sentí como Noah se colocó por detrás de mí. Llevó sus manos hasta mis ojos que aún se encontraban cerrados y con delicadeza puso la tira de tela que había cortado de su vestidura. Sin que se diera cuenta sonreí para mí y ajusté con fuerza el retazo de tela que ya había colocado.
-Vamos, sigue mi voz.
-Es absurdo, ¿a dónde iremos?
-Es mi lugar especial, anda, sólo sigue mi voz. ¿De acuerdo?
-Bueno, lo haré. Espero que valga la pena, terminé susurrándome a mí misma.
Comenzó a contar en voz alta los números en latín.
-Unus, duo, tres, quattour, quinque,…, quindecim,…, viginti.
Cuando finalmente se detuvo, escuché su voz más cerca de mí. Se acercó y aflojó el nudo de la venda.
-Ya puedes quitarte eso, me dijo al oído.
Tiré del nudo con fuerza liberando así mis ojos. En ese instante vi el hermoso lugar en el que estábamos.
-Se llama Jardín de las lágrimas del cielo. ¿Alguna vez habías estado aquí?
-No lo recuerdo pero el olor de estas flores despierta en mí un sentimiento dormido desde hace tiempo.
-Cuando era niño, siempre visité este lugar. Después de la academia, cuando estaba triste o simplemente cuando quería estar a solas.
-¿Cómo lo encontraste?
-Fue un día después de la academia, había tenido que ir a una reunión del primer concejo militar pues los miembros de mi familia pertenecen a las fuerzas armadas del reino. Todos nos entrenamos desde niños para llegar a los cargos superiores de la milicia y yo no me quedaba por fuera. Cuando salí de la academia ya era un poco tarde, no mucho pero sí lo suficiente para un niño. Desde la mañana mis padres me habían dejado claro que no estarían en casa para cuando regresara así que me di a la tarea de recorrer el pueblo. Me sentía libre, corría entre la gente. Algunos cuantos se molestaron conmigo pues los había empujado con mi mochila o simplemente no toleraban ver a un niño feliz. Mi hermano mayor llevaba dos años en la academia cuando yo entré y era muy bueno en todo lo que hacía, siempre se le consideró un prodigio dentro de la familia, así que él mismo me había hecho prometerme a mí mismo que sería tan fuerte como lo era él. En una de mis tantas carreras por los caminos capitalinos, escuché decir que el batallón de entrenamiento menor había tenido que acudir a la batalla que se libraba en el conocido reino de las tinieblas y el terror.
-¿Te refieres a Niflheim?
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La gente tiene que leer esto!
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/cont
Aww!
Yeah!
¿Tan buena está?
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/cont
Aww!
Yeah!
¿Tan buena está?
Sí, definitivamente /idea Saludos Megami^^
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VI
-Así es. Es casi imposible de creer que esos niños fueran llevados a ese lugar, pero así fue. En fin, corrí despavorido, sin si quiera dejar espacio para que el oxígeno llegara a mis pulmones. Entré por la puerta del establecimiento militar de Prontera, busqué con mi mirada a mi hermano entre todos los heridos. Reconocí a algún amigo suyo pero no lo encontré. Las lágrimas corrían por mis mejillas. Se me nublaba la vista así que un par de veces me sequé con fuerza los ojos.
-¡Takeshi! Hermano, ¿dónde estás?, grité desesperadamente. Pero mi hermano nunca respondió. Pasé horas buscándolo hasta el cansancio, lo último que recuerdo es que me quedé dormido y desperté en este lugar con el rostro empapado. Aún sollozaba y alguno que otro suspiro se dejaba escapar de entre mis silenciosos lamentos. No sabía dónde estaba pero aún veía las murallas del pueblo por lo que no me desesperé por ello. Me senté tranquilo a mirar la delicadeza de las flores y a las mariposas nocturnas que comenzaban a iluminar con su colorido la tan opaca noche que intentaba apoderarse del cielo. Después de un rato, me puse de pie y aún con lágrimas recorriendo mis mejillas, regresé a mi casa.
-¿Qué pasó con Takeshi?
-Visité cada día el fuerte de entrenamiento y sin falta revisé los reportes de los soldados que habían regresado al lugar en busca de niños extraviados o de los cuerpos de los mismos, pero mi hermano nunca figuró entre los tantísimos nombres que allí estaban escritos. Pasó al menos un año, y dejaron de buscarlos. Mi mundo se vino abajo, no comía, ni podía dormir, incluso llegué a ausentarme de la academia por un tiempo, era lo mejor que podía hacer. En fin, no volví a ver a mi hermano desde ese día.
Respiré tranquila, no sabía qué decirle, noté como sus ojos se empañaron así que comencé a pensar en alguna cosa para cambiar de tema.
-Tú también tienes bonitos ojos, dije de la nada.
Ahhh, qué he dicho, me dije a mí misma. Me ruboricé, pero esta vez levanté mi cabeza para verlo a los ojos.
-¿De verdad lo crees?, me dijo mientras se acercó muchísimo a mi rostro.
No respiré, no me moví, sólo lo miré a los ojos como si estuviese hipnotizada por ellos y esperé callada. Mi corazón se movía tan fuerte dentro de mi pecho que pensé que él lo estaba escuchando.
Él se acercó despacio, más y más, se detuvo justo en frente. No había ya, algo que nos separara como antes. Cerré los ojos, estaba ya muy asustada. La pregunta ¿ahora qué hará?, se adueñó de mí. Tomé aire con fuerza. Sentí su mano en mi rostro, algo como una caricia.
-Así no puedo ver tus ojos, Sora.
Me corrí con violencia hacia atrás, estaba muy roja.
-¡Quiero irme!
-Está bien, pero quiero que me contestes algo.
-¿Qué?
-¿Te gustó, verdad? Me refiero al lugar.
-Sí, mucho.
El resto de la tarde caminamos por toda la ciudad, entrando en cuanta tienda quisiera entrar. Cuando ya oscureció me llevó de su mano hasta el edificio de Rhya. Le agradecí por el día. No tenía hambre, así que subí presurosa, y me metí en la tina de baño para descansar un poco. Luego de vestirme, salí al balcón para apreciar el firmamento y regresé a dormir.
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Wow lo lei todo y eso que no me gusta leer >.<
Deberias hacer cuentos...
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/laugh
jaja, gracias...
Pronto subiré la siguiente parte!
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VII
Cuando ya oscureció me llevó de su mano hasta el edificio de Rhya. Le agradecí por el día. No tenía hambre, así que subí presurosa, y me metí en la tina de baño para descansar un poco. Luego de vestirme, salí al balcón para apreciar el firmamento y regresé a dormir. Al día siguiente comenzarían las clases en el monasterio así que quería estar relajada.
A las siete de la mañana me despertó el sonido del tocador, que andaba de puerta en puerta, en este caso era doña Rhya quien alertaba a visitantes y a quienes no lo eran. Arreglé la cama y tomé una ducha. Cuando salí me vestí con el conservador uniforme del monasterio y bajé casi corriendo a desayunar. Como esperaba, el desayuno estaba delicioso y nada pesado, antes de irme al monasterio, la amable señora me entregó un bolso de tela en el cual había colocado mi almuerzo y un jugo natural. La besé en la mejilla y salí presurosa del lugar.
Antes de empezar a caminar, me ubiqué y luego tracé una ruta en mi mente para no perderme y poder llegar a tiempo a la primera clase en el monasterio. La clase comenzaba a las ocho y como llegué unos minutos antes, quise recorrer algunas galerías de arte. Tenían pinturas muy hermosas tanto religiosas como históricas, también vi esculturas. Caminé un poco más hasta que por accidente me topé de frente con uno de los guardias de la zona conocida como el área restringida.
-Jovencita, las clases están a punto de iniciar, debería ir a su salón.
Lo miré algo avergonzada y regresé al pabellón principal. Después de esperar un poco, a los de primer ingreso nos hicieron pasar al auditorio principal. Éramos como 150 personas en aquel auditorio, la mayoría eran acolite pero unos cuantos eran caballeros de espadas que luego se convertirían en cruzados. Tal vez suene extraño pero ellos también reciben una formación teológica fuerte, pues a fin de cuentas, son los protagonistas de luchar por la iglesia.
La ceremonia de ingreso dio inicio pasados 5 minutos de la hora de ingreso, se presentaron los decanos, los profesores y todo el personal importante del monasterio. Posteriormente leyeron las listas de cada salón e indicaron quién sería el tutor de cada grupo. Fue un evento ameno que concluyó con una recepción bastante elegante. En ese tiempo, cada tutor reunió a su grupo y dio algunas instrucciones claras de las clases venideras.
Una vez iniciada la clase, saqué mi cuaderno de historia y comencé a tomar nota de lo que el profesor decía. A pesar de ser historia de la religión católica en general, nos enseñan un poco de historia de las cruzadas y de otros eventos similares vividos en el pasado. Así transcurrió la mañana, entre fechas y nombres de protagonistas. A la hora del almuerzo, me dirigí al patio interno del monasterio y allí almorcé con otras acolite que aspiraban por el noviciado y el sacerdocio.
La clase de la tarde es una de las más importantes pues en ella se aprende sobre las habilidades básicas de los acolite. Entre las tantas aburridas palabras pronunciadas por la vieja profesora, presté especial atención a una en particular: ataque. La escuché referirse a varias habilidades muy importantes para el priest en batalla: Holy light y Redemptio. Sin embargo, después de esas palabras fui quedándome dormida en mi asiento, el tono de su voz se convertía en enzima para las sustancias alcalinas que recorrían mi torrente sanguíneo.
De mi letargo me hizo salir el sonido chillante de la campana del monasterio. Ya eran las tres de la tarde. Salí del salón y me fui a estudiar por alrededor de una hora, a la biblioteca. En realidad no estudié mucho pero sí adelanté una parte de los trabajos que ya nos habían asignado. Pasadas las cuatro de la tarde, salí con rumbo a la posada que ahora era mi casa. Me distraje un poco en las galerías de la salida del monasterio pero luego regresé a mi ruta. Cuando salía noté que los jóvenes cruzados habían tomado como suya, la entrada y salida principal del monasterio. Eran jóvenes bien parecidos, su fuerza física y mental se notaba a flor de piel y eran personas amables, rasgo relevante en los suyos. Con ellos distinguí algunos caballeros de espadas, eran mucho más jóvenes y sus rostros aún no habían sido manchados por el dolor de la guerra.
Sin sentido alguno me detuve a observar su aspecto. Su uniforme era bastante interesante, unas partes de tela y otras de metal, esto con el objetivo de que se fueran acostumbrando a usar las pesadas armaduras que usarían el resto de sus vidas.
-¡Sora!, escuché que me gritaron a lo lejos.
Me volteé un poco nerviosa y reconocí a Noah entre sus compañeros, le hice un gesto con la mano, le sonreí y me fui a casa.
Desde el día anterior había estado pensando en lo hermosos que son sus ojos y en general, lo delicados que son los detalles de su semblante. Algo me ocurría pero aún desconocía lo que era, me preocupé un poco, pero dejé de lado su imagen y me dispuse a leer un poco de lo que sería la clase del día siguiente. Me aburrí rápido por lo que saqué mi cuaderno de dibujos y comencé a trazar líneas al azar pero en un orden consecuente, luego le puse color. Lo colgué en una de las paredes de mi habitación para con el tiempo, irla impregnando de mí. Guardé el cuaderno de hojas blancas en mi cajón y bajé a la cocina para ayudarle a Rhya, quien se encontraba un poco atareada. Después de eso salí a tomar aire puro cerca de la fuente de la ciudad. Regresé cuando el ocaso culminaba
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Lindo capitulo!!! /smile esperé bastante tiempo para este >_<
Sos una gran escritora Megami, siga así ^^
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/smile
jaja, intentaré sacar tiempo para adentrarme de lleno en la historia, gracias por el apoyo Kal
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agala un cuento y atras pone xatiya y trae mas gente al game ?..? pero ta wena la historia ;) tenia q ser tica ?..? xD salu2
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/idea
Sí tica de corazón, jaja, seguro dentro de poco subo otro capítulo, búsqueme fans, jaja.
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Maeztra simplemente eso
+10000
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Esperamos con ansias el siguiente capitulo n.n
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VIII
A decir verdad, los días habían sido bastante monótonos desde que ingresé al monasterio. Me levantaba temprano, asistía a clases la mayor parte del día y regresaba a casa donde estudiaba y ayudaba a Rhya con el quehacer. Con el paso de los días pude notar como el pequeño brillo jovial que antes estaba impreso en el semblante de los “nuevos” del monasterio, iba desapareciendo día tras día. Las lecciones eran cada vez más pesadas y las pruebas elevaban su nivel de dificultad con más velocidad de la que hubiera esperado. Era realmente desgastante.
A mitad del período académico fue cuando verdaderamente las cosas se complicaron. Uno de los monjes de Rachel fue trasladado al monasterio principal para impartir clases.
El hombre parecía joven, de unos 40 años quizá, vestía una túnica de amplias mangas color negro ceñida a la cintura con un fajín plateado. Siempre estaba serio pero lucía sereno como si jamás se preocupara por nada. Esto lo hacía distinto a los monjes del monasterio pues siempre andaban preocupados y con la mente en quién sabe qué cosas haciéndolos parecer un poco más viejos de lo que ya son.
Con un carraspeo hizo callar a quienes aún no se habían percatado de su presencia.
-¡Buenos días!, dijo con voz firme.
-¡Buenos días!, contestamos todos a unísono.
-Mi nombre es Fergus.
Todos lo mirábamos expectantes, unos cuantos cruzaron un par de palabras y el resto continuamos prestando atención.
-Seré directo con ustedes, tengo mucho tiempo de no enseñar y sé que mis métodos son arcaicos comparados con los de ahora pero mi forma de educar es distinta. No sé si han o no escuchado de mí así que no entraré en detalles con respecto a mí. Tampoco me interesa conocer lo que es parte de su vida personal e íntima, ya tendré tiempo para conocerlos.
Se acercó al escritorio y levantó en su mano un antiguo tomo y se dirigió a nosotros.
-¿Saben qué es esto?, dijo al tiempo que lo sostenía en el aire.
Nuestras miradas se fijaron en aquel antiguo objeto, intentando encontrar por algún lado algo que nos dijera qué era. Cuando el silencio ya se percibía incómodo para todo el salón, alguien levantó la mano.
-Es el Código Sagrado, afirmó una débil voz desde el fondo del salón. Había sido la chica junto a mí.
Fergus dirigió su plateada mirada hacia donde se encontraba la chica logrando que un escalofrío recorriera mi espalda. Los ojos del nuevo instructor se clavaron fijos en los de la muchacha. La afilada forma de sus ojos y su extraño pero embriagante tono penetraban a cualquiera que él mirase. -¡Qué aterrador!, me dije para mis adentros. Respiré tranquila y dirigí la mirada a otra parte.
-¿Cómo lo sabes?, preguntó sin despegar su mirada de la chica y con el libro aún en su mano.
-Principios básicos señor, contestó con la voz un poco más firme que antes.
-¿Principios básicos dices? ¿De dónde has sacado todo eso?
-El Código Sagrado fue escrito hace 1500 años por los primeros asentamientos de monjes en el Valle Morroc. Se dice que fue escrito en una lengua antigua y que de los antiguos ejemplares en el idioma original quedan muy pocos. Esos libros jugaron un papel importante durante las batallas de la época medieval pero durante las mismas, muchísimos ejemplares fueron destruidos debido a su papel de mástil en la batalla de monjes y sacerdotes.
El hombre la miró con recelo y luego hizo ademán de hablar.
-Hmm, fue el único sonido que emitió. Después de unos segundos, en la comisura de sus labios se formó algo que interpreté como una sonrisa. -¿Y dónde están los “Principios Básicos”?, preguntó marcando las últimas palabras.
La chica un poco asustada por la pregunta de la cual era causante, se acomodó en su asiento y levantó la mirada hacia el tutor que la interrogaba. El resto de nosotros sólo los mirábamos a ambos.
-Es sencillo profesor. Hizo una pausa y después de tomar una bocanada de aire, prosiguió.
-Hace quince generaciones el emperador Julian XV dictó una ley contra los usuarios de la magia debido a que había descubierto que el enorme poder que tenían los monjes de la época era a causa de la implementación de la magia en sus ataques. Ese hombre nunca supo la distinción entre magia y poder espiritual, y a causa de su ignorancia murieron muchísimos monjes que se negaban a dejar el uso de la supuesta magia. Por otro lado, creo que es importante hacer alusión a lo que ocurrió después de la muerte de este emperador. Los monjes que habían continuado con sus prácticas en lo secreto, constituyeron una especie de gremio clandestino y establecieron el lugar y la hora para entrenar. Al cabo de un tiempo, el gremio se hizo famoso y cobraron fuerza cuando apareció un joven monje con los restos de uno de los antiguos Códigos. Los monjes conservaron los restos del documento y con ellos lograron crecer en tamaño y poderío. Cuando el joven alcanzó la edad y la madurez suficiente, ocupó el mayor cargo en el gremio y le dio el nombre de Principios Básicos a todas las normas que debían conocer los nuevos, estos eran los aspectos mencionados en el Código Sagrado.
Fergus emitió de nuevo ese monosílabo tan suyo, y nos dio la espalda.
-Parece que tenemos a alguien de la familia del señor Ruhan aquí, dijo con cierto dejo de socarronería.
La joven se recogió sobre sí misma y apartó los ojos del hombre que la castigaba con la fría mirada que ya lo caracterizaba.
-A partir de hoy su vida como estudiantes del monasterio del Reino de Rune Midgard comienza. No por nada se dice que el mejor instituto está en la capital de este reino.
Después del pequeño discurso o mejor dicho de la advertencia que nos había hecho, el profesor se dedicó a explicarnos cómo acostumbraba trabajar él con sus grupos de primerizos como él mismo nos bautizó hasta la hora de almuerzo.
Al sonar la campana recogí mis cosas y caminé hacia los jardines del monasterio. Cuando encontré el lugar indicado me senté bajo la sombra de un árbol para comer lo que Rhya había preparado desde la mañana. Siempre almorzaba sola pues a pesar del tiempo que ya llevaba en el monasterio no me había propuesto conocer a mis compañeros. Por su parte, ellos se veían juntos la mayor parte del día excepto en las clases donde la separación de géneros era estrictamente obligatoria. En los recesos se les veía reunidos en parejas o en pequeños grupos, nadie estaba solo a excepción de la chica que esa mañana había confrontado con tanto conocimiento al monje Fergus, y de mí.
Mientras guardaba los contenedores de mi comida en el pequeño bolso que destiné para eso. Una sombra se posó frente a mí.
-¿Sora?, dijo una voz conocida.
Levanté la mirada para encontrarme con los oscuros ojos que ya conocía.
-¡Hola Noah!, le dije al tiempo que esbozaba una sonrisa.
-¿Qué haces aquí sola?
-Estaba almorzando, no hace falta tener compañía para hacerlo.
Bajé la mirada hacia mis cosas para terminar de ponerlas dentro del bolso y luego volví a mirarlo. Noah cargaba un escudo y una espada de madera en su mano, instrumentos que normalmente utilizan los hombres de espadas en el monasterio en sus clases de combate. Tanto los hombres como las mujeres que escogían servir a la Iglesia como caballeros o cruzados tenían que aprender a utilizar todo aquello para estar preparados para las batallas reales.
-Mmm, ya veo, dijo con tono comprensivo. Oye Sora.
-¿Mmm? Le dije mientras lo miraba a los ojos.
-¿Ya conociste al estudiante de la familia de Ruhan?
-En la anterior clase escuché que el profesor mencionó eso cuando una de mis compañeras contestó segura de sí a sus preguntas. ¿Por qué?
-¡Hmm! Así que es una chica ¿eh? Ruhan es un poderoso y joven mago que llegó al monasterio hace unos 10 años. Él quería ser un sacerdote pero los monjes de más alto rango descubrieron en él una enorme fuerza y poder así que lo disuadieron para que estudiara magia en el extranjero. Su familia es conocida por su gran poder espiritual y por su conocimiento. Se dice que tienen una biblioteca con información de todo tipo en la mansión principal y que cada generación hace aportes importantes a las estanterías con investigación realizada por ellos mismos.
-Increíble, dije con las cejas levantadas por la impresión.
-Ellos tienen algo bueno, no sólo Ruhan sino todos los Dreimler.
-¿Qué cosa?
-Son todos buenas personas. Por eso digo que no debes estar sola, intenta hacer amistad con esa chica. No te arrepentirás. Se puso de pie y me dio la espalda. –Sora, te espero a la salida para que vayamos juntos a casa.
Avanzó unos pasos delante de mí, se volteó para sonreírme como siempre lo hacía y luego siguió su camino.
Un leve suspiro escapó de mis labios. –¿Cómo entablaría conversación con esa chica?, me dije. Volví a suspirar. Junto al bolso donde cargaba mi almuerzo, había colocado unos libros que debía leer para hacer un ensayo que Fergus nos pidió entregar la semana siguiente, así que decidí tomar uno de ellos y comenzar a leer. Cuando llevaba unas 4 páginas sentí que alguien se acercaba. Continué leyendo sintiendo aún más cerca esa presencia.
-¿Puedo sentarme contigo?, dijo una tenue voz a mi lado. Separé mis ojos de la página que leía y levanté la cabeza para encontrarme con la persona que menos esperaba.
-¿Tú?, dije asombrada.
-
Eso de dejarlo a uno todo emocionado no gustarme. jajajaja. gusta gusta el cap. toda una profesional va a ser :D
La chica esa esta interesante /idea /idea
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Whoola! como puedes ver me dediqué a leer tu historia jojojo la verdad es que es interesante y me gustó. La forma en que desarrollas la historia, describes los personajes y los escenarios hacen que la historia sea casi palpable, ya me la imagino como película ajajaja. Está bien hecho es como la medida entre dejar un poco a la imaginación al lector pero siempre dentro de los márgenes que impones... espero que la sigas escribien :D y gracias por los comentarios
Saludos /hi
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Gracias por el comment. Pronto subiré otro cap- /err bueno cuando lo escriba, jaja, xDD. También voy al día con tu historia, sigue adelante. /laugh
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¿Para cuando la película?
(:
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Jaja, para cuando esté terminada la historia, jaja. /idea
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Jaja, para cuando esté terminada la historia, jaja. /idea
Estuvo cheto e.e !
me gusto muxo
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Subiré el próximo cap lo más pronto posible, mañana empieza mi u (de nuevo) pero bueno, a veces me inspiro en las aburridas clases y podré actualizar. /laugh
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O por dios yo solo había leído el I hace tiempo y hasta ahora lo leí todos.
Que todos sepan que ya la conozco en persona, ella es mi amiga xD
De Vdd demasiado excelente sin palabras.
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Esta historia me recuerda a este video
Te acuerdas
/laugh
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Bueno, no tengo nada que hacer asi qoe comenzare a leer este cuento. Estaria bueno si logras entrecruzar, al menos unos instantes, personajes famosos de otros cuentos posteados aca (el unico que recuerdo y lei era el de Diru o algo asi, de los assa tambien lloran)
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Ojalá los gms allan leído esto, para que vean el gran talento que tienes
/idea
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Jaja, cómo no acordarme, lo veíamos y lo veíamos, y siempre nos daba risa. Jaja, mi talento será notado por quien me lea, sé que existen muchos que son mejores que yo pero no por eso me inhibo, más bien, son un ejemplo, una meta.
@Rioukken: gracias por la idea, podría llegar a considerarla (de hecho, me has dado una nueva idea /laugh), pero me gusta que mis historias sean enteramente mías. De igual forma, me apego a los derechos de autor. xD Quizá algún día lo haga, pero habré tomado en tiempo de hablar con mis "colegas" escritores.
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Era de esperarse por ser mi hermana(?)
Ok no xD /swt
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Era de esperarse por ser mi hermana(?)
Hay si hay si ahora si Vdd xD
/smile
Ok no xD /swt
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